Cogiendo con mi tía Violeta
Fecha: 17/01/2020,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Gastby, Fuente: CuentoRelatos
Un relato producto de la imaginación...
Lo que les voy a contar, ocurrió en el verano de mis 18 años, por aquel entonces, yo me encontraba de vacaciones, habiendo ya terminado mis estudios.
Las relaciones de mi madre con su cuñada, mi tía, no eran del todo buenas, para su pesar, ambas eran vecinas, ambas se encontraban a una cuadra de distancia.
Mi padre era ajeno a todo ello, porque cuando las dos estaban frente a él disimulaban, pero era obvio que mi tía le tenía envidia, por su situación familiar, por su físico a mi madre y viceversa, porque lejos de las cargas familiares, mi tía Violeta, era independiente, trabajaba, se divertía y era bien bonita, no aparentaba la edad y es más, se negaba a aparentar su edad a juzgar por los atuendos que vestía.
Pese a la enemistad encubierta y en ocasiones manifiesta dc las dos mujeres, mi madre se veía forzada a hacerle determinados favores, pero el punto de partida de toda esta historia está en que al trabajar mi tía, mi madre se veía obligada a recibir al panadero y comprarle pan para ella, puesto que de mañana Violeta se iba a trabajar, siendo al mediodía cuando pasaba pro casa a recoger el pan y pagarlo.
Mi madre aprovechando que yo me encontraba de vacaciones y a fin de evitar toparse lo menos posible con mi tía, me encargó la tarea de adelantarme a la hora de llegada de mi tía e ir a su casa a llevar el pan, yo al principio lo hacía a regañadientes, pero luego deseaba que llegase el momento, porque poco a poco me ...
... fui fijando más y más en mi tía, su forma de ser, su aspecto juvenil y para que trato de engañar!, sobre todo por el partido que sabía sacarse, luciendo trajes de ejecutiva, tacos negros, maquillaje, no era alta, al contrario, era más bien bajita y rellenita, pero muy apetecible a los ojos de cualquier hombre, mucho más para los ojos de un joven virgen que ya estaba cansado de pelársela.
Cada día esperaba que llegase el momento de llevarle el pan, mi verano era muy aburrido, pues los escasos amigos que tenía no estaban en la ciudad, así que me la pasaba en mi casa. No sé si por estar sólo y no hacer nada, pero lo cierto es que todos mis pensamientos acababan con la imagen de mi tía e inconscientemente mi mano se dirigía a mi verga.
Creo que mi tía comenzó a darse cuenta y jugaba conmigo, me recibía y me decía que pasase que se había olvidado algo en la cocina, yo pasaba, me hacía sentar en el sofá y se sentaba a mi lado, yo me sentía cortado, tímido, pero mis pantalones comenzaban a apretarme ante las provocaciones encubiertas de mi tía, jugando con sus zapatos, con sus dedos en su pelo rubio tintado, etc.
Pese a que mi tía se daba cuenta de lo que provocaba en mí, no fue hasta aquel día, en el que la escena tal y como la describí tiene la siguiente continuación:
Mi tía, se acerca más a mí de lo normal y eso me corta, me pongo nervioso, pero mis nervios se cortan por completo cuando pone la palma de su mano sobre mi pantalón, justamente encima de mi verga y comienza ...