1. Cogiendo con mi tía Violeta


    Fecha: 17/01/2020, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Gastby, Fuente: CuentoRelatos

    ... a moverla en círculos.
    
    Yo me sobresalto y la miro, pero apenas puedo aguantar su mirada firme, no dice nada, sigue, mirándome con malicia y sonriendo, siendo totalmente la dueña de la situación.
    
    Yo no podía más, me estaba muy caliente, pero al mismo tiempo, la situación me aterrorizaba, era mi tía, y para colmo yo nunca había estado con una mujer.
    
    Ella comenzó a desabrocharse la blusa y continuaba con su mano en mi entrepierna, yo volví en mí y pese a lo excitado hice por salir de aquel sofá, pero enseguida se subió la falda y se sentó sobre mí, contoneando sus caderas y frotando su húmedo sexo a través de las pantaletas sobre mí.
    
    Eso me hizo perder la razón, lo de tenerla encima mío y comencé a buscar sus tetas de forma apresurada, suplí mi inexperiencia con el deseo que ya no controlaba, besándolas incluso dentro del brasier, forzando con mi boca el que saltaran de ahí, para mordisquear sus pezones.
    
    Ella seguía contoneándose, yo no podía parar de gemir, quería que mi verga se liberase de la ropa, pero al mismo tiempo, me encantaba como se frotaba y culeaba.
    
    Tanto frotamiento me iba a venir encima, ella se dio cuenta por mis bufidos, mis gemidos de placer y se detuvo, acercándose y susurrándome al oído:
    
    -Aún no papi...
    
    Se levantó e inconscientemente mi mano desabrocho mi pantalón, buscando liberar mi verga y sacudírmela, pero ella me lo impidió, tomo mi mano y se la paso por su coñito, restregándose.
    
    Ella, viendo mi pija al aire, se arrodilló y ...
    ... comenzó a lamerla, lentamente, una sola vez y apartándose, mirándome a los ojos, viendo como con mi mirada le pedía que no parase. Ella lo sabía y continuaba su mortificación, dándole lamiditas suaves a la punta, sonreía malévolamente y no pude por más que sacudírmela.
    
    Ella me miraba, sin hacer nada, para entonces, ella comenzó a masturbarse, a frotar las yemas de sus dedos contra sus labios, buscando su pepita, hasta que comenzó a gemir más fuerte, supuse que le vendría un orgasmo. En realidad hasta aquel momento yo era virgen, nunca había estado con una mujer, por mi timidez, pero había visto las suficientes películas porno para conocer sus reacciones, aunque estas fuesen fingidas.
    
    Ella se iba a venir y e n ese momento se vino sobre mí y metió mi pija en su boca, lamiéndola, comiéndosela ferozmente, mientras se corría, sentía mi verga en su boca, tocando las paredes de esta, sintiendo como su lengua golpeaba y lamía mi glande.
    
    Yo no podía más y me corrí, antes que ella incluso, tragándose toda la leche que pudo, y recogiendo con su lengua toda la que sobraba, yo no podía más del place que me estaba haciendo sentir.
    
    Ella me miró, y sonreía al tiempo que un resto de mi lecho se la caí de los labios, la cual relamió con su lengua, para saborearla:
    
    -Que rica leche tienes negro, pero esto no ha quedado así, ahora me vas a llenar de leche cabrón.
    
    Se quitó su falda, su tanga y a horcajadas se sentó sobre mí, yo parecía su muñeco, no me había movido de esa posición y ...