El Intruso 11 - Relatos Eróticos

El Intruso 11

... te pasó? ‐ ¿No te gusto papi? Puso cara de niña regañada y literalmente se deslizó sobre mí, estábamos tan sudados que parecía una serpiente reptando sobre mí; tocó mi pene semi duro, y lo masturbó, no lo hiso rápido, lo hiso lentamente, saboreando el momento, eso también era de Carmen, quería excitarme de nuevo y seguramente quería verga por el culo ‐ No mi amor—le dije cariñosamente mientras retiraba su mano—tenemos que ir por los niños ‐ Mmm ¿no quieres cogerme por mi culito? Ahí estaba la pregunta retórica, por supuesto que me la quería coger por el culo, me encantaba a morir encularla, pero la verdad ya no había tiempo. ‐ Si mi amor, pero ya no hay tiempo, mis hijos no tardan en salir y debemos ir por ellos, pero a la noche me las cogeré a ti y a perlita por el culo hasta que le duela ‐ ¿Me lo prometes papi?—dijo poniendo cara de niña buena, mi pene brincó solo de verla ‐ Si bebé La noche fue bestial, me cogí a las dos por igual, puse a perlita boca arriba sobre el borde de la cama, con sus tobillos en mis hombros y la encule sin piedad, Lola se masturbó viéndonos, abría su boca y gemía viendo lo salvaje que era con perlita que no dejaba de gemir y llamarme papi, eyacule mucha leche en su culo, jalé a Lola y la metí la cara entre las nalgas de mi hija, ella entendió y chupo la leche para después pasársela a perlita y jugar con mi semen las dos; caí rendido y no desperté hasta la mañana siguiente. **** ‐ Antonio, mi amor ya despierta, ya es hora de levantarse, los niños ...

... ya desayunan, anda apúrate La voz de Lola hiso que abriera los ojos, la vi cambiada y lista, me miraba mientras buscaba mi ropa con algo de prisa. Desayunamos sin contratiempos, llevamos los niños a la escuela y después me pidió llevarla con Carmen ‐ ¿Segura que quieres ir? ‐ Si, quedamos formalmente de juntarnos a pintar Me encogí de hombros y la lleve a casa de Carmen, bajó y se dirigió a la puerta, toco y volteo a ver que aún continuaba ahí y agitó su mano en señal de que me fuera, casi me estaba corriendo, resignado arranqué y me fui a mi trabajo. **** Carmen abrió y recibió una sonrisa a Lola, ella le correspondió y entró ‐ Hola Lola ¿cómo te fue? ‐ Bien, sí que dio resultado tu consejo ‐ Si ya vi Dijo mirando a su cuello donde estaba un enorme chupetón; lo acarició y Lola se encogió un poco sorprendida porque Carmen le había acariciado la marca en el cuello, no le era desagradable pero no lo esperaba. Se dirigieron a la sala donde estaban pintando, Carmen le dio instrucciones de lo que haría en ese momento, las dos tomaron sus pinceles y comenzaron, el silencio no duró mucho, Lola inició la conversación. ‐ ¿Por qué lo hiciste? ‐ ¿Qué? ‐ El ayudarme con Antonio a hacerlo excitar mas ‐ ¿Y por qué no? Tengo que aceptar que ustedes son pareja y la verdad quiero tenerlos cerca, no soportaría que me alejaran de los niños, ¿te molestó? ‐ No, pero me desconcierta que seas tan amable conmigo ‐ No te desconciertes, el que hayamos compartido un hombre no significa que no podamos ...