Emilio
Fecha: 21/01/2020,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos
... le presentó a Pedro y a Sebas, que acababan de llegar y que habían sido invitados esa tarde a tomar café con éllos.
—¡Encantado, joven!, le dijo Pedro ofreciéndole su mano
—¡Mucho gusto, señor!…
A Sebas le parecía un chico maravilloso y, quizá por eso, se quedó un poco paralizado, dando la impresión de no saber que hacer… hasta que, por fin…
—¡Es un placer conocerte!... y también le tendió su mano
-¡Tanto gusto, señor!
—¡Bueno, bueno!, ¡pasa y siéntate aquí con nosotros!. Luego vendrá mi hermano, que hoy llega de Sevilla, acompañado de un amigo... ¿quieres algo Emilín?
—¡Si, un poco de agua, por favor!…
Hoy los viejitos , no lo eran tanto; oscilaban entre los 67 años de Agustín y los 73 años de Pedro, pero a Emilio le daba lo mismo; sabía que le harían pasar una tarde maravillosa.
Se quitó los pantalones y dejó esos maravillosos calzoncillos blancos a la vista de todos; y se sentó en un pequeño taburete que encontró en la sala.
—Mejor vamos retirar estas mesas y te colocas aquí, dijo Agustín, señalando un lugar que le situaba en medio de todos.
El accedió y se colocó donde Agustín le indicaba; y cogió su vaso de agua...
La imagen del muchacho en calzoncillos, con esa camiseta sin mangas y las piernas encogidas bebiendo agua resultaba una provocación difícil de poder evitar; y fue Ramiro (decidido, como siempre) el que alargó la mano para meterla entre las piernas del chico y hundirle los dedos bajo el pernil de los ...
... calzoncillos.
Emilio sintió los dedos, que empezaban a querer introducirse en su agujerito... y se dejó caer hacia atrás; abandonándose a unos brazos que le sujetaban para no caerse...
Agustín, que se había colocado detrás del chico, sujetó a Emilín por las axilas y le quitó el vaso de la mano; y aprovechó para empezar a chuparle la oreja y a darle besitos en el cuello, mientras le mantenía casi tumbado, para que los demás disfrutaran de su cuerpo.
Ramiro tiró de sus calzoncillos y levantó esas potentes piernas cubiertas de pelusilla para hundir su nariz en la raja de ese culo... y, snifar a fondo. Lo hizo, mostrando un gran placer, y miró a Sebas y a Pedro, animándoles a disfrutar de ese hermoso cuerpo que se ofrecía tan sumiso y complaciente.
Sebas, enseguida, le cogió de los cojones y sin dejar de mirarle a los ojos tiró de ellos suavemente para poder meterle un dedo en culo; el chico subió el culo pidiendo más y entre Pedro y él empezaron a trabajarselo con aceite.
Ramiro le comía la polla a sus anchas, sin ninguna prisa, como el que sabe que le tendrá a su disposición toda la tarde, y Pedro y Sebas, que le estaban preparando, ya empezaban a meterle los dedos en el culo con cierta frecuencia.
Ese cuerpo, parecía hecho para ese propósito y lucia como verdadero manjar para satisfacción de esos hombres.
Un maravilloso cuerpo, solo cubierto de esa camiseta sin mangas, que se había puesto para encontrarse con ellos, y que realzaba más su belleza y sobretodo su gran atractivo ...