El juego de Julen
Fecha: 23/01/2020,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Safo_Nita, Fuente: CuentoRelatos
... hambre. En realidad estaba tan asustada que no me había dado cuenta. Por lo demás, la cena transcurrió como siempre.
Al terminar el postre me acerqué a la ventada y aparté las cortinas. La tormenta se había desatado con toda su virulencia. Cada poco, un relámpago recorría el cielo de un lado a otro, o caía entre las colinas lejanas. El trueno hacía temblar los cristales. La lluvia caía inclinada, arrastrada por el fuerte viento. Pero lejos de atemorizarme, aquel espectáculo de la naturaleza me resultaba maravilloso.
―Te gusta mirar, ¿verdad? ―dijo mi tío apareciendo a mi lado.
―Sí, me encanta. Es conmovedor ¿no crees? ―hablé con una vocecita de niña.
―Claro, cariño ―posó su mano en mi hombro―. A mí también me gusta mirar… sobre todo cuando no me ven.
―¡Qué! ¡Vaya!―Me puse colorada. El corazón se me aceleró bruscamente.
―Es uno de los grades placeres, el de mirar a escondidas. ¡Ver sin ser visto!
―¿A qué te refieres? ―la voz me temblaba. Un rayo rasgó el cielo, y nos iluminó.
―Sabes muy bien a qué me refiero, cariño ―su mano descendió hasta apoyarse en mi cadera. Me estrechó con ternura contra él―. A espiar las intimidades de los demás.
Intenté decir algo, negarlo o confesarlo, pero se me atragantaron las palabras.
―Tranquila, muchachita. Si no me importa; no estoy disgustado. Para algunas naturalezas sensibles es algo irresistible. En eso, nos parecemos ―habló con una voz más pausada y profunda―. Míralo como si fuera un juego. Es cierto que ...
... tiene su carga erótica, pero no pasa de ahí; o puede que a veces sí. En el fondo, se trata de disfrutar, ¿no?
―Supongo que sí ―vacilé. Me sentía perdida, sin escapatoria.
―Pues claro que sí, mi dulce princesita ―me dio un beso en la frente.
―Podemos continuar y hacer que el juego sea más sutil e interesante. Pero sólo lo haré si tú quieres, y si prometes guardar el secreto, nuestro secreto.
―Claro ―me apresuré a responder―. No se lo diré a nadie.
Cloe anunció desde la entrada que se retiraba a descansar. Había recogido todo, pero aún no había cerrado la puerta principal. Mi tío se giró y le dijo que podía irse, que él cerraría la puerta, más tarde. Le pidió que apagara las luces; sólo quedó encendida una lámpara de pared. Nos quedamos en penumbra, solos, junto a la ventada.
―Volviendo a lo nuestro ―se encaró conmigo cogiéndome por los hombros―, ¿de verdad estás dispuesta a participar? ¿Con todas las consecuencias?
Asentí con la cabeza. La curiosidad me mordía las entrañas como un perro rabioso.
―Bien, me alegro. Será divertido. Puede haber situaciones incómodas, incluso vergonzosas o humillantes. Pero al final, verás que la recompensa lo merece ―me miró con dulzura―. Por último, quiero que recuerdes que la esencia del juego consiste en sorprender al adversario y, a su vez, en no dejarse sorprender. ¿Crees que podrás estar a mi nivel?
―Descuida, tío Julen ―dije ufana. No tenía ni idea de dónde me metía.
―Pero antes, deberíamos zanjar lo sucedido esta ...