Alicia y sus cuñados 1
Fecha: 24/01/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: ViejoPervertido69, Fuente: SexoSinTabues
... bruscamente. Balbucee unas frases entrecortadas diciendo: “no estén jodiendo”, fingiendo estar profundamente dormido y muy ebrio. -Está esta la madre, este pobre guey. –Le dijo Rogelio a Roberto-. Este no despierta ni aunque le pase un tren encima. -Pobre pendejo. –Dijo Roberto-. No sabe que su linda esposa, se la come toda, es una putita que le encanta la verga, y que nos acaba de dar una mamada de virote de antología, jeje. -Jaja. No seas cabrón Roberto, dejemos a Ramón en brazos de Morfeo, que a su mujercita se la dejaremos caer todita, jaja, haber si no le queda muy abierto el boquete, y que cuando se la coja, su pequeño pito va sentir un tremendo vacio, jaja, porque le perforaremos su panochita con todo. -Nos vemos estupidin. –Me dijo Roberto-. Al rato regresamos y te despertaremos, mientras nos empinaremos a la putita de Alicia. Se retiraron carcajeándose de mi suerte, al escuchar que cerraban la puerta, todavía esperé unos minutos más, y luego, presuroso, me fui al pasillo, hasta la ventana de nuestra recamara, rezando para que Alicia dejara abiertas las cortinas y me dejara ver como se la metían. Tenia suerte, las cortinas no estaban corridas y no habían apagado la luz, se miraba perfectamente el interior de nuestra recamara. Era una recamara muy grande, en la cual había tres camas, las cuales eran utilizadas en el día, por mi suegra, para acostar a su nietos pequeños. Rogelio, estaba acostado en la cama, boca arriba, sobresalía su prominente barriga, pero también ...
... su largo y grueso garrote. Su pecho estaba lleno de vellos cafés, parecía un oso de tantos pelos que tenía, hasta la espalda la tenia peluda. Alicia, con los ojos lujuriosos, se montó sobre él. Su pierna izquierda estaba de rodillas en la cama, a un costado de la cintura de Rogelio, y la planta del pie, de su pierna derecha, pisaba firmemente el ras de la cama, en el otro costado de Rogelio, con su mano izquierda se apoyaba en el velludo pecho de su cuñado, mientras su mano derecha sujetaba fuertemente, la enorme reata de mi concuño, y trataba de ubicarla en la entrada de su conejito. Mi esposa tuve que levantarse un poco más, y parar más sus enormes nalgas, para situar la tremenda anaconda en su raja. Se dejó caer lentamente, rotando su cintura en círculos. Su rostro reflejaba la enorme excitación que su cuerpo experimentaba. Entrecerró sus hermosos ojos verdes, abrió la boca, y se dejó caer un poco más, desapareciendo en sus entrañas, la roja cabeza, de la verga de Rogelio. Mi mujer gemía, como nunca la había escuchado. El garrote de Rogelio se miraba descomunal desde mi posición, parecía imposible que tamaño grosor de carne, le cupiera en la panochita, a mi querida esposa. Alicia, desesperada, rotaba en círculos su cintura, como si danzara un baila hindú, se metió un poco más, la gruesa verga de su cuñado, para luego rotar, sacarla un poco, volver a dar círculos a la cintura, y empótrasela un poco más. Su celestial rostro, hacía muecas, como si le doliera, luego separó los ...