1. Alicia y sus cuñados 1


    Fecha: 24/01/2020, Categorías: Infidelidad Autor: ViejoPervertido69, Fuente: SexoSinTabues

    ... alelados contemplándola, y ella solo sonreía; no le importó subir y bajar las escaleras muchas veces, cuando sus cuñados la mandaban a buscar “x” cosa. Una noche, estábamos a solas en nuestra recamara, al terminar de hacer el amor. Mi esposa me comentó: -Cariño, últimamente lo haces más seguido. ¿A que se debe? –Me decía ronroneando como gatita en celo-. Mientras me acariciaba y besaba todo el cuerpo, se metía la totalidad de mi pequeño pene, incluidas las bolas, en el interior de su boquita. Pero era en vano, una vez que eyaculaba, desaparecía el deseo y la vitalidad, y mi penecito, se volvía arrugado, bofo, y se encogía poco a poco, hasta casi desaparecer. -¿Tu crees? –le contestaba orgulloso-. -Claro papito, antes lo hacíamos cada mes y ahora, lo hacemos cada semana, eres un goloso. -Me decía mientras se montaba sobre mi rostro, y sujetándome de la nuca, me incrustaba el rostro en su entrepierna, para que le mamara su raja. Tenia razón, ahora mi calentura, me llevaba a realizar el amor más seguido, a mis capacidades por supuesto. Eran sus cuñados, los que me estimulaban, su mirada libidinosa, su deseo de cogerse a mi mujer, sus tontas y disimuladas caricias sobre el escultural cuerpo de mi señora, me incitaban. Con el deseo muerto en mi cerebro, por la reciente eyaculación, procedía a lamer su conejito, que sería la fuente de la eterna dicha para cualquier otro mortal. A pesar de hacer el amor, la dejaba insatisfecha. Porque, a pesar que sentía maravilloso, cuando ...
    ... introducía mi diminuto pene completamente duro, en su ardiente y jugosa vagina, y a pesar de mi esfuerzo por no hacerlo, al final sucumbía y me vaciaba rápidamente en su interior, a los pocos minutos. Siempre lograba que tuviera al menos un orgasmo, pero nunca en el acto sexual, en el mete y saca. Primero terminaba yo, luego, la llevaba al clímax, a base de mis caricias, mamando su jugosa vagina, o chupando sus monumentales pechos. Pero un orgasmo era insuficiente para mi ardiente mujer. Alicia esperaba que durmiera, para empezar una violenta masturbación, hasta provocarse tres orgasmos más. Por lo regular, todas las noches se masturbaba, y varias veces descubrí a mi esposa, dándose placer ella misma, en la ducha. Una noche, mis cuñadas y sus esposos, cenaban aún. De improviso, apareció Alicia, recién bañada, una pequeñísima tanga de hilo, color rosita, era la única prenda que cubría su desnudez, ya que la pequeña bata que la cubría era completamente transparente, y traslucía todo el escultural cuerpo de mi mujer. Mis tres concuños casi se atragantan, y no le quitaban los ojos de los cantaros de carne que se mecían ondulatorios, cuando caminaba, mostrando indecorosamente los gruesos y parados pezones que trataban de traspasar la suave tela. Sus hermanas, tal vez acostumbradas a verla desde pequeña, les pareció normal su vestimenta y no descubrieron las tremendas erecciones que de pronto tenían sus maridos. Tampoco los pillaron, cuando la seguían con sus libertinos ojos, mirando como ...
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