Alicia y sus cuñados 1
Fecha: 24/01/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: ViejoPervertido69, Fuente: SexoSinTabues
... meneaba mi esposa, sus enormes y paradas nalgas, al caminar. Los avances de mis concuños cada vez eran más osados. Alicia también lo notó, porque su carita era un predicamento cada vez que la abordaban. No se como lo lograban, pero todo el maldito día estaban con la verga parada, se les notaba un tremendo bulto en su entrepierna. A mi mujer le llamaba mucho la atención su protuberancia, trataba de no ser tan obvia, y se las miraba disimuladamente, pero lo hacía tan mal, que tanto Rogelio como Roberto se dieron cuenta de su interés por el enorme bulto que se les formaba en la parte delantera. Ahora, se exhibían ante ella, en cualquier oportunidad; se agarraban la gruesa verga parada sobre el pantalón, delineando el grosor y el largo, lo hacían como sin darse cuenta que mi querida esposa, no les quitaba el ojo de encima, a veces, se le acercaban y le rozaban la verga en el brazo, en el hombro, en donde fuera; otras veces, la abrazaban y se la encajaban en sus enormes nalgas. No les importaba toquetear a Alicia delante de mí. Es más, trataban de hacerlo en mi presencia, pues notaron que estando yo presente, Alicia se dejaba manosear, más fácilmente. Al ver ella, que yo no les decía nada, se justificaba, diciendo para si, que era normal, el que sus cuñados la tratasen de esa manera. Cierto fin de semana, las mujeres jugaban lotería y los hombres asábamos carne y tomábamos cerveza. En determinado momento, Claudia sorprendió a Rolando, acomodándose el pene dentro del pantalón, ...
... con la boca abierta, embobado, contemplando los calzones de Alicia, que estaba sentada en el suelo, y que tenía sus macizas piernotas abiertas de par en par. Mi esposa, estaba sentada sobre una de sus largas piernas, que mantenía doblada, como si fuera una contorsionista; pero con la otra, la planta del pie estaba ligeramente apoyada en el suelo, de tal forma que, se formaba una ancha avenida entre cada una de sus torneadas piernas, mostrando a mis queridos concuños, un valle paradisíaco. Claudia, moleta le recriminó a su marido, discutieron unos minutos, luego, se retiraron a su casa. Al terminar de jugar a la lotería, las mujeres se incorporaron a la plática que sosteníamos los hombres, y ya todos juntos, continuamos bebiendo. En determinado momento, Rogelio y Roberto, aparentaban estar muy tomados; se me hizo muy raro, ya que ellos siempre aguantaban mucho más licor. Sus esposas le recriminaron su manera de beber y enojadas se retiraron a sus hogares, dejando a sus maridos seguir con la juerga. Escudado en su borrachera, cuidando que no lo viera mi suegra, Rogelio abrazó fuertemente a mi esposa por la cintura, cuando pasaba junto a él. Presionando con su enorme erección, las redondas nalgas de Alicia. Subía de vez en cuando sus manos, acariciando por casualidad las redondas tetas de mi mujer. -Cuñadita. –Le decía con voz de ebriedad-. Yo la quiero mucho, es la cuñadita más guapa y más buena de todas. –Y dirigiéndose a Roberto, le dijo-. Verdad Roberto. Mi esposa solo reía ...