1. 47.4 Confidencias de Jean


    Fecha: 30/01/2020, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... penetrar, es lo que hacen sin parar mi boca y mi lengua, podría haberle dado por el culo en ese momento, en que lo tenía tan dilatado que entraban en él mis cuatro dedos índices y corazón, y se lo abría más, tirando con ellos hacia sus costados.
    
    Se masturbaba con suavidad suspirando enterrada su cara en el suelo, reprimiendo los gritos que en otro lugar y momento hubiera lanzado al aire, y yo peleón y deseando invadirme de su sabor a poderoso macho que ahora tenía rendido ante mi experta boca.
    
    -¿Me la metes o te la meto yo? No aguanto más tu viciosa boca de puta. – dejé su culo y le empujé para que cayera sobre el edredón.
    
    -Ya he trabajado bastante, tengo la lengua rota, ahora te toca a ti. –me tumbé y subí mis piernas abriéndolas para llegar con mis manos a la entrada de mi culo, pasaba las yemas de mis dedos por mi ano provocándole, y comencé a meterme los dedos untados de mi saliva mirándole obscenamente, invitándole a que me penetrara sin pedírselo. Un juego de lascivas miradas a sus ojos y su verga, que no dejaba de mover en su mano preparándola para meterla.
    
    Cerré los ojos y emitía quejidos de placer metiendo mis dedos en su totalidad en mi ano y con la otra mano acariciaba mis tetillas, los abrí y continuaba mirando la provocativa perversión de mis movimientos y actos.
    
    -¡Qué puta eres! -me retorcía y suspiré como si mis dedos llegaran a mi alma y la estrujara.
    
    Ese fue el final de mi provocativo número de exhibición, apartó con brusquedad mi mano y ...
    ... colocando su verga la metió de una vez logrando que tuviera que morder mi mano y se me saltaran las lágrimas.
    
    -Esto es por provocarme como una puta. -al momento el dolor pasó y el placer era mayor, lo compensaba.
    
    Su barra de carne caliente y vibrante entraba y salía con fuerza, arrancando suspiros y sollozos de mi garganta que a veces no podía aguantar y reprimir.
    
    -Gonzalo, mi macho, dame tu leche ya, me estas volviendo loco. –y seguía hasta que le pedí su leche, y entonces el malvado se detuvo, se inclinó y las gotas de sudor de su bigote salpicaron en mis labios, los suyos húmedos de sudor cubrieron los míos.
    
    -Si quieres mi leche tendrás que sacármela como al chaval. –se colocó sentado en mi pecho y aproximo su polla a mi boca, la abrí para recibirla goloso, con su doble sabor tan rica, y chupé como él que quería que mamase, echó su cabeza hacia atrás suspirando ruidoso de placer, la manzana de adán subía y bajaba de su garganta como se estuviera tragando el mundo.
    
    Se inclinó metiendo su verga hasta fondo de mi boca y comenzó a correrse entrando y saliendo de mí, algún chorro entró directo en mi garganta y otros quedaban en mi boca de donde escurrían por mi mentón, no podía contener la cantidad que tiraba y tampoco tragar.
    
    Mientras él terminaba de vaciarse, llevé mi mano y masturbe mi polla que estaba pegando en su ano, subí mis caderas como si estuviera en el interior de su culo y reventé llenado de mi leche su espalda.
    
    No podía respirar con la angustia ...
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