Mi pequeño medio hermano
Fecha: 04/02/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... tratando de ocultar la vergüenza, el miedo a que alguien nos descubriera, el cargo de conciencia era insoportable, la reacción lógica y natural de mi cuerpo no tardó en aparecer: mis pezones endurecieron al ser estimulados, a estas alturas el infame chamaco ya me había pedido que me sentara en el sillón, me hizo tomar asiento para acomodarse sobre mis piernas, las piernas de él abiertas y dobladas por las rodillas caían de lado a lado.
-¿Hermanita, puedo darme masaje allá abajo?, preguntó visiblemente emocionado
-Ahh, pinche chamaco cabrón, chantajista, hijo de la chingada, ahora sí soy tu hermanita, ¿verdad?, sí ya tenías tu plan bien pensado, eso de las albóndigas solo fue el pretexto... ¡bueno, pues hazlo!, pero apúrate y termina de una buena vez con esta tontería.
Mi desesperación aumentaba pues al parecer él no tenía prisa alguna, tocaba mis senos con una mano y con la otra masajeaba su miembro por debajo del pantalón pero por lo visto no se acomodaba muy bien, pensé que hasta que no alcanzara su eyaculación no me lo iba a quitar de encima por lo que yo debía tomar otra decisión de inmediato.
-Haber corazón, traté de dulcificar mi tono de voz un poco, yo te voy a ayudar con el masaje, como el otro día, pero por lo que más quieras terminemos con esto, vamos a acomodarnos de otra forma en el sillón para que no estés todo doblado y si quieres también sácate el pantalón para que estés mejor, y por supuesto no se lo dije dos veces, incluso su trusa salió junto ...
... con sus pantalones, su pequeño pene parecía estar más duro que nunca, y como no, con la semejante visión de mis senos que tenía ante sus ojos, recargué mi cabeza sobre uno de los brazos del sillón, mi cuerpo quedó a lo largo con una de mis piernas recargada sobre el respaldo y la otra apoyada en el suelo, pero no sé que fue lo que él entendió por acomodarnos de otra forma y creo que por puro instinto el chavito ni tardo ni perezoso se abalanzó y se acomodó justo encima de mi y empezó a moverse rítmicamente de adelante hacia atrás, ¡como si en verdad me estuviera penetrando!
¿dd… donde aprendiste esto, dd… donde lo viste??, pregunté con incrédula voz, totalmente sorprendida por esa reacción de él, por supuesto esa no era mi idea de acomodarnos mejor, no obtuve respuesta alguna a mis preguntas.
De repente otro rayo de cordura cruzó mi cerebro, al estar en esa posición, como si fuera la del misionero, lo más probable era que al eyacular, su semen saldría disparado y se esparciría totalmente manchando y mojando mi pantalón de mezclilla, era la única ropa que llevaba y claro estaba que no me iba a exponer a la vergüenza de salir a la calle con una marca en mi pantalón, por lo que con el corazón a punto de explotarme por completo le pedí al muchachito que se levantara un momento.
-espera, déjame hacer algo, le dije bastante insegura
Ante esa situación tan comprometedora para mí, lo único que se me ocurrió en ese instante fue quitarme el pantalón para evitar que se me ...