1. Mi pequeño medio hermano


    Fecha: 04/02/2020, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... manchara de semen…y así lo hice.
    
    De lo que sí estaba segura era que por nada del mundo me iba a quitar las pantaletas y así se lo hice saber, afortunadamente él no insistió con eso, estaba como hipnotizado gozando con mis senos.
    
    Todo esto ya era muy fuerte para mi pero creo que él se la estaba pasando muy bien, el chamaco precoz me miraba con un brillo especial en sus ojitos, no era para menos, tenerme ahí, con las bubis de fuera y en calzones era más de lo que él pudiera pedir, de nuevo nos acomodamos en ese sillón que fue mudo testigo, mi hermanito nada tonto pidió que nuevamente me recostara de la misma forma en la que estaba hace un momento, con las piernas abiertas hacia los costados, y otra vez se posó de inmediato sobre mi, sus manitas impacientes de nuevo se afianzaron a mis senos, por enésima vez acariciaba con verdadera ansiedad mis pezones dándoles ligeros pellizcos, disfrutando al máximo el espectáculo que le proporcionaban al ponerse erectos, su carita también estaba cerca de mis pechos observándolos con ese placer que jamás hubiera imaginado en su corta vida tener y mucho menos hubiera imaginado que ese placer sería a costa mía.
    
    ¿Por qué tu corazón se oye tan fuerte, Pily?, me preguntó muy sonriente.
    
    ¿Tu por qué crees?, ¡idiota!, ¡apúrate!, apenas y le respondí.
    
    Podía sentir su respiración agitada, su aliento, su aparato reproductor masculino quedó a la altura del mío, parecía como si su pequeña y dura virilidad quisiera perforar mis calzones, ...
    ... hacerles un hoyo, claramente podía sentir eso, en mi cabeza solo pensaba en cerrar los ojos por la vergüenza de lo que estaba haciendo y para terminar de la forma más rápida posible con las lujurias de mi hermano, me armé de valor y le dije en voz baja:
    
    -Corazón, escucha, quiero que esto ya acabe de una vez por todas, por lo que más quieras, por favor entiende que papá no tarda en llegar y no debe vernos así, quiero que te pongas bien en medio de mi, que tu penecito quede exactamente encima de mis chones, me atreví a pedirle eso con lo que me quedaba de voz, completamente turbada pero ya un montón de tonterías pasaban por mi mente, el hacía todo lo que yo le pedía obviamente sin pestañear siquiera, de nueva cuenta estábamos como si fuera la posición del misionero.
    
    - Ahora nuevamente tu solito te vas a mover de arriba hacia abajo rápidamente, como lo estabas haciendo hace un momento, pero ahora tratando de frotar tu penecito sobre mis calzo…
    
    Y no había terminado con mi frase cuando él ya se movía encima de mí como si tuviera ataques epilépticos, ¡como si una vez más realmente me estuviera penetrando!, tal vez ese instinto del que hablo ya lo traen los hombres desde que nacen, no lo se, o tal vez alguno de sus amigos, alguno mucho más calenturiento que él, le dijo que así debía de hacerle cuando estuviera con una mujer, tampoco lo se y mucho menos quise averiguarlo, sentía su pequeño pene aún más endurecido que la vez anterior de nueva cuenta queriendo traspasar mi ropa ...
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