Patas arriba (I, II, III)
Fecha: 04/02/2020,
Categorías:
Hetero
Autor: Anderson, Fuente: CuentoRelatos
... tiene mucha experiencia en este tema, sobre todo en lo relativo a enfrentar al mundo después de aceptarse uno mismo –me dio una tarjeta y un papelito que ponía “alumno de Dani, trato especial”, cosa que no entendí, ¿cómo un psicólogo da un trato especial?
- Muchas gracias, profesor, ya no le quito más tiempo, muchas gracias.
- Es un placer ayudarte y un honor que confíes en mí, Iván, cuando quieras, puedes venir, no lo dudes –me dijo mientras me abría la puerta.
Salí del despacho y ahí estaba Ricardo esperándome, le dije que ya me iría, que sólo esperaría en la calle a que pasara un taxi, Ricardo me dijo que como quisiera, pero que él me dejaba en casa, que no quería que nada me pasara. Yo vivo cerca del Insti, así que realmente pensaba irme en la silla, pero con Ricardo allí no podía, no me dejaría moverme si no me llevaba, por suerte él mismo me propuso hacer el paseo y como era lo que pensaba hacer, accedí, aunque no me hace ninguna gracia hablar con alguien que no veo, pero desde luego era mejor que nada.
El paseo desde el Insti a mi casa fue curioso, porque yo iba pensando en lo que me dijo don Dani y tal parecía que fuese lo que fuera lo que Ricardo habló con él, también lo dejó pensando, porque él iba a su bola y no me hablaba, pero a un par de calles de mi casa fue cuando abrió la boca:
- ¡Jolín! –exclamó.
- ¿Qué pasa, tío? –me llamó la atención su exclamación, aunque bien podría ser que se dejó algo en el Insti.
- Se me olvidó comprarte tu ...
... revista, iba tan distraído con otras cosas –efectivamente, don Dani lo dejó pensando-, que pasamos frente al quiosco y no la compré, ahora te dejo en casa y subo corriendo a comprarla.
- Que no, tío, que no hace falta, ya bastante haces con acompañarme, Ricardo, de verdad, no hace falta que me compres nada –está bien, lo admito, me gusta estar cerca de él y me encanta que tenga esos detalles conmigo, pero no puedo permitirlo más, porque terminaré sintiendo más de lo que ya siento y es una quimera, él jamás me hará caso, de eso estoy seguro.
- Puede que no haga falta, pero quiero hacerlo, ya te lo dije en la mañana, son cosas que me nace hacer y prefiero no refrenar un impulso cuando es para algo bueno, además, no te preguntaba, te contaba lo que me pasaba en la cabeza en este momento.
- Bueno, al parecer eres más testarudo que yo –que ya me daba por vencido sin empezar a intentar luchar por él-, compra la revista, pero comes en casa y no acepto negativas, ¿de acuerdo?
- Vale, te doy mi palabra, comeré en tu casa.
En eso llegamos a mi edificio y el portero me abrió y llamó el ascensor mientras Ricardo me acercaba para poder subir. Llegamos a casa, Ricardo se aseguró que estuviera cómodo, me dio el mando de la tele, me ordenó que no me moviese de allí y se fue a comprar la revista.
Mientras tanto, he de contaros que hay una chica en casa que nos ayuda con la limpieza y la cocina, Maripaz siempre ha estado a cargo del orden de la casa, al menos desde que yo me ...