Hazlo. Saca lo peor de mí.
Fecha: 06/02/2020,
Categorías:
Sexo Interracial
Autor: sagesse, Fuente: RelatosEróticos
... mentira cuando escuché la puerta cerrarse. No había caja y me encontraba a solas con el negro. Empecé a temblar. Me empezó a dar mucho miedo ¿Qué iba a hacerme? Pensé en gritar, pero algo dentro de mí tampoco quería gritar.
- ¿Qué quieres? Me has mentido. Déjame salir o grito.
- ¿Ahora también va a gritar la señorita? Te propongo un juego.
- ¿Cuál?
- Voy a enseñarte una nueva faceta de la vida – y se iba acercando lentamente mientras yo iba retrocediendo mucho más lentamente, porque en el fondo no quería retroceder, así que al final él siempre se iba encontrando más cerca de mí -.
“Para empezar, ese pelo está demasiado peinado – y me quitó mi diadema y la tiró. Luego con sus manos grandes, fuertes, gastadas y medio sucias despeinó mi pelo – Mucho mejor – dijo -. Y ahora quítate esas sandalias o las romperás – y me las quité, aunque empezaba a morirme de miedo- ¿Y qué haremos con ese vestidito verde? Creo que será mejor que lo quitemos.”
- ¡No vas a quitarme mi vestido verde! – le grité.
- ¿Ah, no?
Puso su mano en mis genitales por encima de mi vestido y empezó a apretar fuerte y aflojar, una y otra vez. Yo quería negarme, pero no podía. Empezaba a excitarme. Sin embargo, puse mi mano sobre la suya y traté de quitarla, aunque con pocas fuerzas; entonces él se puse detrás de mí, me cogió la mano que tenía encima de él y me las puso sobre mis pechos mientras su polla estaba pegada en mi culo y se movía. Y yo notaba ese gran bulto pegada a mi culo y me ...
... estaba excitando mucho más.
Me hizo tocarme mis pechos con una mano y la otra no tenía movimiento porque me tenía agarrada. La mano del negro que estaba en mis genitales encima de mi vestido, empezó a rozar mis piernas por debajo del vestido hasta que llegó a mis braguitas y empezó a hacer lo mismo pero más fuerte.
- Vaya vaya, encima usas braguitas, ¿eh? – me dijo.
Y así era. Eran mis braguitas rosas con lunares. Nunca me habían gustado los tangas. Siempre me gustaba llevar braguitas bonitas. Metió entonces su mano debajo de mis braguitas. En ese momento pensé que estaban medio sucias e intenté impedírselo pero no podía porque estaba agarrada. Eso le excitó aún más y me pegó contra la pared, moviéndose mucho más. Empecé a sentir su polla mucho más sobre mi culo; ya me había levantado el vestido y parecía que iba a romperme las braguitas de tanta fuerza con la que lo hacía. Su mano estaba debajo de mis bragas y me había metido un dedo, y luego otro. Yo empezó a sentirme muy excitada, como nunca. La vergüenza que había tenido tiempo atrás y que me impedía hacer esas cosas, se me había perdido. Dentro de mí gritaba un “¡Fóllame! ¡Fóllame!”. Pero no me salían las palabras, aunque gemía y deseaba con todas mis fuerzas que me maltratara y me follara.
Me soltó las manos y puso sus manos sobre mis caderas. Yo entonces me bajé las bragas y puse el culo en pompa, apretándome yo también a su polla.
- ¿Ves como a mí no me engañas? – me dijo. – No vas a conseguir nada de mí ...