1. Hazlo. Saca lo peor de mí.


    Fecha: 06/02/2020, Categorías: Sexo Interracial Autor: sagesse, Fuente: RelatosEróticos

    ... hasta que lo digas. Dime que quieres que te folle.
    
    Pero no podía decirlo. No me salían las palabras. Yo nunca había dicho palabras obscenas con nadie. Me parecía suficiente que me hubiera comportado así. Sin embargo, estaba muy caliente y deseaba con todas mis fuerzas que me penetrara. Tenía que decirlo
    
    - Fó…llame… - dije en voz muy baja,
    
    - ¿Cómo?
    
    - Fóllame… - volví a decirlo, pero un poco más fuerte.
    
    - ¿Cómo dices?
    
    - ¡Fóllame! ¡Fóllame!
    
    - ¿Así que la señorita me está pidiendo que le meta la polla por donde a mí me de la gana, eh?
    
    Y mis deseos sucedieron. Con el vestido aún puesto, y sin bragas, me bajó la parte de arriba y tiró mi sujetador. Me entrampó literalmente contra unas cajas y empezó a penetrarme muy rápidamente. Yo gemía y no recordaba si quiera el lugar donde me encontraba. El garaje de un lugar en donde era voluntaria. No podía si no gritar por un poco de todo. Su polla era demasiado grande para mí. Nunca había visto una tan grande. Tampoco había tenido una gran delicadeza al metérmela lo cual me había producido daño y al mismo tiempo ese dolor me había excitado aún más. Me estaba hincando las cajas de los golpes que iba llevándome al ser penetrada tan fuertemente. Pero todo eso empezaba a excitarme mucho más. El dolor no era nada comparada con el placer que estaba sintiendo.
    
    Entonces llegó lo que más me temía. Nunca había tenido una relación sexual anal y el negro estaba metiéndome un dedo en el culo. Empecé a quitarme y a impedir ...
    ... que lo hiciera pero él no me dejaba
    
    - Ahora eres mía, putita. Y te voy a meter la polla en el culo te guste o no.
    
    Yo estaba asustada, aunque también excitada con sus palabras. Él comenzó entonces a decirme más y más palabras mientras en lugar de un dedo me metía dos. Tan excitada estaba que ni siquiera sentía el dolor. Ya había tratado una vez de hacerlo analmente, pero me dolía mucho y lo dejé. Sin embargo, me estaba metiendo dos dedos gordos en el culo y no me estaba quejando, si no que estaba tan cachonda que no me importaba.
    
    - ¿Nadie te ha follado como yo, verdad? ¿Te gusta, verdad que si? En el fondo yo ya sabía que eras una putita que iba de mosquita muerta.
    
    Me excitaban tanto sus palabras que hasta empecé yo a hablar también, aunque tímidamente.
    
    - Si, me gusta.
    
    - ¿Qué te gusta? ¿Qué te folle un negro con una gran polla?
    
    - Si…
    
    - Lo que te gusta es que te follen fuerte, que te maltraten, porque en el fondo eres una puta ¿Verdad que lo eres?
    
    - Si…
    
    - Ahora eres mía y no te vas a olvidar de mí tan fácilmente ¿Eres mi puta?
    
    - Soy tu puta.
    
    Lo único que había echado sobre mi culo fue saliva. Nada más. Y había metido dos dedos dentro de él. Aún así, a él no le importaba. Estaba dispuesto a meterme su enorme polla a pesar de que mi culo fuera virgen y no hubiera lubricante. Lejos de tener miedo, que era lo que antes sentía, me excitaba la idea. Al menos antes de sentir tanto dolor.
    
    Empezó a meterme su gran polla. Yo retrocedí y me quité del ...