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Albertito 2
Fecha: 10/02/2020, Categorías: Gays Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues
Volví a mi casa. Después del almuerzo, mi viejo se fue a la casa de uno de sus amigos a escuchar el partido y mi vieja se quedó cosiendo. Yo me fui al fondo. Arreglé el despelote que habíamos dejado a la noche con Damián y me aseguré que no hubiera rastros de semen por ningún lado, abrí todo para ventilar por las dudas. -Buenas doña Marta, está Lucas? -Si, en el fondo como siempre, pasen Se abrió la puerta que daba al fondo y vi aparecer a Alberto con su caminar acompasado, detrás venía Marcos con una cajita en la mano y los ojos clavados en el culo que tenía delante. -Hola Marcos, hola Alber, cómo andan? - Che Lucas, me podrás hacer unos agujeros en esta cajita para ponerle una manija? -Si, cómo no?, vamos Ya adentro del desván, los agujeros se hicieron en minutos y nos sentamos en ronda a charlar. Entre Marcos y yo fuimos llevando la charla hacia temas sexuales, de minas por supuesto. Hablamos de Zulema, que tenía un culo gigante. Al rato, sobándome la verga por sobre el pantalón, me quejé: - Puta!, qué caliente que estoy, me muero por coger, no doy más! Alberto sonriendo tranquilamente me dijo: - Cojételo a Marcos, viste que lindo culo tiene? Seguro que él se deja. Marcos se inclinó hacia adelante y le apoyó una mano en el muslo. - Alber, dale, Lucas es un amigo y está necesitado, dale dejate! - Por qué no te dejás coger vos? Te cogemos los dos si querés. - Dale Alber, Lucas ya lo sabe. Y acá nadie nos ve. Yo vigilo por si viene la vieja. Albertito se quedó callado. Cerró ...
... los ojos, los volvió a abrir. - Bueno está bien, pero esta sola vez, de onda, eh?. - Se incorporó, se bajó el jean y el slip y se puso contra la pared. - Vos Marcos salí. Me quedé solo con Alberto, yo aún ni había bajado mi cierre, él contra la pared, ropa en el piso, abriéndose las nalgas y mirándome. - A ver cómo la tenés? Uy que grande!, me va a doler. -Descuidá, te la meto despacito. Alberto tenía un culito grande y redondo, como de nene, con apenas algo de vello suave, casi nada, por delante llamaba la atención su pija gorda y corta, circuncidada y totalmente dormida. Terminé de bajarme la ropa y me acomodé detrás de él. Le apoyé el glande, lo tomé de la cadera y se la clavé -Uy, uy, uy, uy, cómo duelee! Francamente, comparado con el culito de Damián que me había comido a la noche, Alberto estaba desfondado, pero si le dolía, había que cuidarlo. Se la saqué, lo escupí y se la volví a poner bien despacito. -Así si-, me dijo. Comencé un mete y saca suave, él callado, yo también, sólo el glorioso rumor de mi pija taladrando un culo aún sequito, hasta que mi preseminal y las mucosidades de su recto tapizaran el canalito de placer que Alberto me regalaba. Me sentia feliz, no tanto por el placer de coger, sino porque estaba cogiendo al puto que se cogían mis amigos, estaba siendo un macho igual a ellos, ya no era el trolito al que todos le hacían bulling, ahí afuera estaba Marcos sabiendo que yo estaba cogiendo a un puto que él también se cogía, ya era un igual con mis amigos, ...