El reencuentro - 2ª parte
Fecha: 11/02/2020,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos
... maravillosa visión, Daniel quedó arrobado, extasiado, rendido ante aquella flor que para él desplegaba sus pétalos y el irrefrenable deseo de acercar sus labios al cáliz de tal flor le venció, con lo que su boca estampó allí un amoroso beso mientras su olfato aspiraba el delicioso aroma que la femenina flor exhalaba.
Aquello acabó de volverle loco; sí, loco de deseo de la inigualable mujer, la incomparable hembra que bajo él estaba, lo que obró que su lengua avanzara ansiosa por degustar el néctar, la ambrosía de aquella flor. Y la masculina lengua, lamiendo, rebañando la femenina intimidad, obró que también Sandra estallara en orgía de placer. Su pelvis empujó el pubis hacia arriba buscando la máxima fusión con el pubis masculino; sus manos agarraron por detrás, una vez más, la cabeza de Daniel haciendo que su rostro, su boca, su lengua, se hundieran más y más en la femenina intimidad al tiempo que su respiración se agitaba también más a cada segundo que pasaba y sus latidos cardíacos se desbocaban cual potros salvajes, y los quejidos, los gemidos de placer junto a los jadeos y quedos grititos subían en intensidad y ardor
Por fin, a los no muchos minutos, la tormenta orgásmica reventó en aullidos, alaridos de placer mientras se volvía loca, enteramente loca de placer, empujando y empujando con sus manos hacia sí la cabeza, rostro, boca y lengua masculinas a la par que ella misma se estrechaba más y más con la pelvis de su hermano. El fabuloso orgasmo llegó, ...
... embriagador, para Sandra, que poco a poco fue cediendo en el creciente enervamiento que la gestación del orgasmo le supuso, con lo que su espalda volvió a tomar contacto con la sábana, tras estar suspendida en el aire, descansando sólo en sus pies y parte alta de la espalda, inmediatamente debajo de los hombros, llevada por el frenesí del goce sexual, que crecía y crecía, avecinando la llegada al cénit placentero.
Daniel se dio cuenta de que, de momento, y por efecto de la semi-relajación que el orgasmo recién disfrutado la llevó, la libido de Sandra había decrecido en varios enteros; y pensó que lo mejor sería dejarla descansar un rato, manteniendo, no obstante, su menguado estado de deseo mediante caricias más sensitivas que sensuales, para poco a poco irle de nuevo subiendo la “temperatura” sexual. Así que abandonó aquél embrujador cáliz de ambrosía que hasta entonces libara, para subir hasta la boca, los labios de su hermana y besarlos con inmensa dulzura… Con rendida ternura. Así fueron pasando algunos minutos, no muchos, desde luego, siete u ocho a lo sumo, hasta que Sandra preguntó a su hermano
¿Por qué te bajaste de mí?... Creí que me penetrarías entonces; nada más correrme yo…
Sandra, estabas… Bueno, estás laxa todavía… Es mejor que esperemos un poco… Tenemos toda la tarde todavía… Y toda la noche…
Pero qué tonto eres hermanito…
Sandra, entonces, llevó una mano a la desnuda “herramienta” de su hermano, acariciándola; moviéndola suavemente de arriba abajo. Y en su ...