La mujer de mi hijastro
Fecha: 11/02/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... el ojete. Saqué vaselina de mi mesita de luz, la hice poner en el borde de la cama sacando su colita para afuera y le empecé a lubricar el ano. Así como estaba se la volví a meter en la concha, escuchando el gemido de placer cuando le entró. Así la estuve cogiendo un rato hasta que estaba bien relajada, se la saque y la acomodo contra su ano, haciendo fuerza, sintiendo los gritos de Mireya cuando mi pija empezó a romper su ojete y se metía en su culo. Yo iba despacio, sentia como entraba, Mireya daba fuertes ayes, entre dolor y placer. «Me duele», me decía, pero no me decía que pare ni que la saque. Seguí metiendo muy despacio mi pija en su colita oscura, hasta que por fin aplaste sus nalgas contra mi pelvis. «Haaaaaa, haaaaaaaaaa», decía Mireya sin dejar de abrir sus nalgas, con toda mi pija adentro. «Me gusta, me gusta que me caches el chiquito, la siento bien rica adentro», decia pegando su cara a la cama. Yo le agarre fuerte de las caderas y empecé despacito a meterla y sacarla de su ojete, viendo como estaba dilatado. Se la saque, vi sangre en su ojete, en mi pija, la hice poner boca arriba, le levanté las piernas y se la volví a meter en la cola,. escuchando ahora como ...
... gemia de placer y como me animaba a que le siga cogiendo el culo, que le gustaba, «así, así, cacha mi chiquito así que me gusta mucho», me decía acariciando mis brazos, «rompe bien mi cola, abre bien mi chiquito, que placer que siento, no pares, sigueme cachando así», me decía con la voz rota de la calentura que tenía. Yo la agarré de la planta de sus pies y empecé a sacar y meter mi pija de su ojete. «Sí, si, así, cachame así», me gritaba moviendo su cabeza y temblando de placer. Hasta que dio un fuerte grito, tenso su cuerpo, abrió su boca y parecía que convulsionaba moviendo su cuerpo en un tremendo orgasmo. Yo la empecé a coger mas fuerte, mas rápido, le mordia los talones cuando me empecé a acabar dentro del culo de Mireya, sentía mi leche salír a chorros dentro de la cola de mi nuera. Los dos gemiamos como locos, no podíamos dejar de movernos. Nos acostamos abrazados los dos, «disfrutaste Mireya?», le dije besando sus labios, «ojalá tú hijo me cachara así, con él no llego nunca, siempre quedo con ganas, tú me haz echo llegar tres veces, me dejaste muerta», me dijo. «Me voy a duchar pero antes al baño, me removiste todo por dentro», me dijo riendo y se fue corriendo al baño.