1. Negocio de familia


    Fecha: 12/02/2020, Categorías: Transexuales Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... orgullosa.
    
    --¡Noo! A ver --insistió mi hermana, y hasta estiró la mano para jalarme la blusa.
    
    --Ya, compórtate, niña --la regañó mamá, y, después de dar el último bocado a su pan, nos dijo--: Bueno, vayan a comprar si quieren, pero los quiero aquí tempranito, hay que arreglarse.
    
    --Okey.
    
    A eso de las tres bajamos a la calle, y apenas abrir la puerta nos topamos con mi primo, que acababa quizá de despertarse.
    
    --¿A dónde con tanta prisa?
    
    --Por ahí nomás --respondió mi hermana sin apenas mirarlo y salió a la acera.
    
    Nos miramos entonces por medio segundo, y quizá le habría sonreído si mi hermana no me hubiera jaloneado de la manga y sacado de ahí.
    
    La verdad era que, desde aquélla vez, ni a ella ni a mi mamá les gustaba que me quedara con él a solas, y seguro que si no fuera porque nos hacía falta ya hacía mucho que lo hubieran mandado a volar.
    
    En todo caso, nos pasamos hasta la caída de la tarde mirando y probándonos un montón de ropa, que por supuesto que no íbamos a comprar, y, antes de que se nos hiciera tarde, fuimos al departamento de ropa interior y compramos lo que necesitábamos: una bra blanco, 32 B, para ella, y para mí uno 36 B, color vino, de los que aumentan una talla.
    
    Me habría gustado comprarme también unas tanguitas, del mismo color vino, pero, al final, bien sabía que no tenía caso: aquella cosa que llevaba entre las piernas arruinaba cualquier prenda que usara, por bonita que fuera. Usara lo que usara, tenía que ponerme siempre la ...
    ... faja de todos modos, para apretar bien aquella cosa y que no se notara.
    
    Ya llegando a casa, mamá nos regañó y nos apuró por llegar tan tarde, así que nos subimos a bañar.
    
    Apenas me estaba secando cuando mi hermana entró al cuarto, igual a medio vestir.
    
    --A ver, enséñame --dijo, en verdad curiosa por ver cuánto me habían crecido las tetas, si de verdad me habían crecido, en ese tiempo.
    
    --Ay, cómo das lata --le dije, y me bajé la toalla.
    
    --¡Órale! Ahora sí parecen de verdad --exclamó, pues en verdad, tras poco más año y medio en hormonas, y a pesar de ser pequeños, eran pechos tal cual.
    
    --Pues son de verdad, mensa, y bien caros que han salido.
    
    --¿Crees que si yo me inyecto me crezcan más?
    
    --Ay, loca, ¿para qué quieres que te crezcan más? Ya quisiera yo tener tus tetas.
    
    --Mmmhh... yo las quiero más grandes --decía ella, mirándose en el espejo.
    
    --Ándale, ya, que se va a enojar mamá --le dije, sacándola de sus ensoñaciones.
    
    Acabamos de vestirnos, ella se puso un vestidito color rojo ajustado, zapatillas de tacón aguja del mismo tono, y debajo un lindo conjunto de bra, bragas y liguero color crema. Yo me puse una blusita de tirantes azul cielo, minifalda blanca volada, para aparentar más cadera, unos zapatos de tacón alto y grueso, de punta abierta, y, tras maquillarnos como de costumbre, ella me ayudó a peinarme.
    
    Todavía me costaba trabajo arreglarme el pelo, que apenas comenzaba a ser suficientemente largo, y no bien habíamos terminado cuando ya ...
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