-
Mi hija y el messenger: Cosas de familia (Parte 1)
Fecha: 13/02/2020, Categorías: Gays Autor: Dark knight, Fuente: CuentoRelatos
Patricia tamborileaba nerviosamente sus dedos en la superficie del rústico escritorio donde solía dejar su portátil cuando se hallaba en casa. Sus largas uñas, pulcramente pintadas, golpeaban rítmicamente la madera del viejo mueble mientras leía por quinta vez el correo que había recibido esa mañana de parte de alguien que se hacía llamar DarkMaster69. Menudo nombre tan mas ridículo. En circunstancias normales lo habría ignorado y puesto punto final a aquella broma de mal gusto. En circunstancias normales. Este correo no era producto de una circunstancia normal. Este correo tenía una imagen de una guapa mujer de mediana edad, cabello castaño y labios carnosos devorando un enorme miembro viril. Esa mujer era ella. Sin lugar a dudas. Lo sabía porque había estado allí en esa escena y había gozado cada centímetro de aquella carne caliente entrando y saliendo de su boca. La misma que posteriormente le había arrancado al menos un par de orgasmos escandalosos mientras la penetraba por su vagina en un metesaca delirante. Aunque la fotografía no lo alcanzaba a mostrar, había habido alguien mas en aquel insólito acto sexual; Giancarlo, si mal no recordaba, era uno y Roco a quien le comía el pene en esa foto. Lo que no entendía era como habia sido retratada en aquella escena endiabladamente sexual; eran sólo los tres y no recordaba haber llamado a una agencia de fotografia para ese momento. Alcanzaba a apreciar el contorno de la ventana de su departamento en Nueva York. ...
... Definitivamente alguien se había subido al sótano del edificio contiguo y se había dado un festín con ese trío improvisado. Esa foto le daba sentido al contenido del correo que el Señor Masterdame-por-el-culo le había escrito. Estaba siendo chantajeada vilmente. Desconocía los motivos por los que aquel tipo se había tomado la molestia de volar hasta el otro lado del mundo para tomar esa foto comprometedora pero le llenaba de espanto la determinación de ese chiflado. Seguramente no dudaría en perjudicarla en su relación tambaleante en su matrimonio y al parecer tenía evidencia contundente para poder hacerlo, y tenía además la dirección de correo de su marido… joder... Qué lío. Era apenas el segundo día de regreso a casa tras su último viaje, su esposo Ricardo se hallaba en el trabajo y su única hija, Cristina, en el Cole. Estaba sola en casa así que nerviosamente se despojó de su bata de baño para quedar gloriosamente desnuda frente al portátil. Podía decirse que tenía un cuerpo de infarto. Aun cuando ya no era una jovencita, sus carnes eran turgentes y curvilíneas. Sus pechos se elevaban agitados, desafiando a la gravedad y su vientre plano terminaba en una ligera mata de vellos recortada en forma de triángulo del cual se asomaba curioso el pliegue de sus abultados labios vaginales. Se sabía hermosa y deseada y esa noción era parte del motivo por el cual se comportaba como una verdadera puta ese último par de años. Vivía en un constante estado de excitación que las esporádicas ...