1. Mi perro se llamaba Tarzán


    Fecha: 14/02/2020, Categorías: Zoofilia Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... puse en cuatro patas, sintiendo como Tarzán repetía su ritual. Me lamió el ano hasta dilatármelo casi en un 100 %, llenándomelo de saliva y luego me montó. Esta vez no hizo falta que me la metiera para hacerme suspirar y gemir como nena, lo hacía solo con su lengua, y llena de placer. Cuando Tarzán se subió encima mio, cuando su pelambre suave me acarició otra vez el cuerpo, sosteniéndome en una sola mano, con la otra tomé el pote y me fui poniendo una profusa cantidad del “lubricante” en el ano. Tarzán estaba moviéndose encima mío tratando de encontrar el orificio por el cual penetrarme. Me di cuenta de que esta vez con sus patas delanteras me aprisionaba más fuerte que la vez anterior, como diciendo, esta vez no te me vas a escapar. Así estaba hasta que sucedió. Tarzán me penetró, con brusquedad como la vez anterior y luego empezó a serrucharme con masculina fuerza. Ahhhh, siiiii, siiiihhhh, asi, asi, Tarzán, así, cogeme, cogeme toda, soy tu perra, soy tu puta perra, cogeme toda mi perrito. Así di rienda suelta a mi éxtasis y mi placer, otra vez aumentado al momento de sentir su lecha derramándose en mis entrañas, si, si, si, así, dame la leche, dame toda tu leche, dámela, llename de leche, si. Yo recibía el entusiasmo de Tarzán por cogerme, con el mismo entusiasmo con que el me cogía. Sentía su pija llegar cada vez más adentro mio hasta que percibí que hacía fuerza para meterme también su bola. Traté de relajarme, el empujó y la bola se me comenzó a meter. A pesar de ...
    ... toda la lubricación sentí un fuerte dolor, pero, cuando pasó la parte más gruesa de la bola, esta se deslizó sin inconvenientes dentro mío y ya no dolió más. A partir de ese momento todo para mí fue placer. Tarzán cogiéndome, moviéndose ya en forma limitada dentro mio y sin dejar de echarme leche y más leche. Uyyyy mi amor, me vas a hacer tener perritos, dije en el paroxismo de mi placer, seguido enseguida con una gran descarga de él luego de la cual, Tarzán se quedó quieto, con su pija profundamente insertada en mi, encima mio, eyaculando. Luego de un minuto, un minuto y medio, abandonó esa posición dándose vuelta de modo que quedamos cola con cola. ¡Estaba abotanado, no mejor abotonada a mi macho! Sabía que en esa situación debía quedarme quieta y seguir los deseos del mismo. Tarzán, comenzó a intentar sacármela, pero no podía por la hinchazón de su bola, cada vez que hacía esos movimientos me arrastraba con su fuerza, e internamente, depositaba en mis entrañas un nuevo chorro de leche. Así estuvimos por un tiempo, que habrán sido unos veinte minutos al cabo de los cuales ya sentía el vientre hinchado de tanta leche que mi macho había depositado. Al final de ese tiempo, Tarzán hizo fuerza y se sintió el famoso ruido de una botella que se destapa, que todos los que hicieron alguna vez de perrita cuentan. Ahí también sentí dolor, pero nada comparado con el placer que había tenido hasta ese momento y el que me ocasionaba sentir deslizarse gran cantidad de la leche de mi amante ...