1. Una esclava inesperada VI


    Fecha: 17/02/2020, Categorías: Gays Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos

    Sin más, agradezco a toda la comunidad de ésta página y a ustedes, mis lectores. Espero, dependiendo de sus comentarios e índices de lectura, seguir compartiendo con ustedes aquellos momentos calientes que he vivido.
    
    Por Pablo...
    
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    El alcohol es un gran amigo de la sinceridad. De alguna manera, cuando tomas, tienes el valor de decir muchas cosas que, en un estado de sobriedad, no podrías o no te atreverías. Ese fue el caso de mis dos compañeras.
    
    Elisa y Ga comenzaron a hablar. Elisa fue la que comenzó. Su sinceridad me abrumó, pero también sirvió para seguir con la fiesta, mientras que Ga, sumisa, también se sinceraba ante Elisa.
    
    —Ha sido la mejor cogida de mi vida —dijo abrazada a mí— jamás pensé que fuera tan bueno. Ga, la mamas como los dioses
    
    —Yo apoyo eso, tienes una boca privilegiada —anoté, pero Ga permanecía callada, aunque sonreía por nuestros comentarios.
    
    —Aún quiero más —dijo Elisa.
    
    —Yo también —dije. Mi miembro comenzaba a despertar al masajear dos pechos completamente diferentes.
    
    —Es bueno que no les moleste estar con otra mujer. —dije.
    
    —A mí me encanta —corroboró Elisa— ¿Qué te parece a ti Ga? ¿Soy buena?
    
    —Puedes hablar —le dije al ver que no decía nada.
    
    —Sigo caliente. Quiero más. Quiero que me peguen más, quiero que me humillen más. Ordénenme lo que quieran…
    
    —Pinche enferma —dije yo riendo y apretando el pezón de Ga de manera brutal.
    
    —¿Siempre es así? —me preguntó Elisa, quien se ...
    ... incorporó y aproveche para dedearla.
    
    —Así es —respondí— pero le encanta. Mira —le dije estirando su pezón al máximo y apretándolo lo más que pude sin disminuir la fuerza— le encanta el dolor.
    
    —Vamos a ver si de verdad le gusta el dolor. ¿Seguro que le puedo hacer lo que yo quiera?, porque me está gustando esto… —me preguntó Elisa.
    
    —Claro. Mira —dije.
    
    —Por favor no te contengas… —susurró Ga.
    
    Me incorporé y le solté una cachetada muy fuerte, que le volteó la cara. Nuevamente lo hice y después le apreté fuertemente las tetas, le pellizqué los pezones de manera fiera y le solté dos madrazos a los pechos. Ga solo gemía. Le volví a soltar una cachetada y Elisa se acercó. “¿Quieres que te pegue?” le preguntó y Ga asintió mirándola a los ojos de manera casi suplicante.
    
    Jamás había visto a Elisa actuar de esa manera, pero me excito en sobremanera. Ga se había incorporado y estaba medio hincada en la cama. Elisa la empujo y la tiró de la cama. Se bajó y comenzó a azotarle el culo sin contemplaciones. Ga se puso de perrito y comenzaba a gritar con una sonrisa estilo Colgate. De vez en vez, intermitentemente en cada azote, pellizcaba con saña el ya maltratado culo de Ga, pero ésta solo hacía más que gemir como una golfa. Por mi parte, me levanté y me puse en frente de Ga, para que mamara nuevamente mi erecta verga.
    
    La fiesta comenzaba de nuevo. Elisa azotando un culo ya de por sí bastante rojo y Gabriela mamando a más no poder. Yo movía la cabeza de Ga hasta que se ...
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