1. La quinceañera y el profesor "Sargento"


    Fecha: 18/02/2020, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... muy enojón, pero un día, a la hora de salida, decidí dejarle una pequeña bolsa de chocolates kisses y una nota con una frase: “Es usted muy serio porque nunca ha comido chocolates”. Al otro día, me llama y me pide de una manera muy seria que le traiga una caja de chocolates porque se le había pasado el efecto de la sonrisa. Se lo lleve al día siguiente y así sucesivamente hasta que poco a poco me fui ganando su confianza, y me había dado cuenta que dentro de ese hombre rudo y fuerte, se escondía un hombre tierno y lindo que no a todos solía mostrar. Pasaron los años 2000 y 2001, y fue en 2002, quince días antes de mi cumpleaños número 15, que me invita a su casa a tomar café y me pide que le traiga los chocolates que tanto le habían gustado. Llegué a su casa y me abrió la puerta su hijo, un muchacho serio pero no descortés, me invita a pasar y me pide que espere un rato porque su papá se estaba bañando. Carlos, el hijo del profesor Valderrama, se va. Espero y su papá sale en bata de baño y me pidió que lo disculpara por recibirme así, yo empecé a sonrojarme y me pregunta: Prof. Sargento: - ¿Se ha sonrojado usted muchachita? Yo: - ¡No!. Para nada. Prof. Sargento: - Ok. Me responde con una sonrisa incrédula. Pasan unos minutos y sale completamente vestido y peinado como acostumbraba. Me invita a la cocina, saca dos rebanadas de pastel de chocolate y sirve dos tazas de café. Comenzamos a comer pero yo me sentía muy apenada por la mirada fuerte del profesor, pero también se ...
    ... dibujaba en su rostro una sonrisa poco definida. Al principio no sabemos que decirnos, hasta que le hago unas preguntas que no sé cómo me atreví a preguntarle. Me dijo que vivía con su hijo, que a veces conviven pero que no se llevan del todo bien y le dije que yo a veces con mi padre no platico mucho. También me contó que su esposa había fallecido en diciembre del 99 y que eso lo despedazó por dentro, y también me dijo que se sentía muy solo. Seguimos tomando más café, comimos los chocolates provoca sonrisas, poco a poco nos fuimos tomando confianza a lo que yo le dije: Yo: - Si usted lo desea, le puedo seguir trayendo más chocolates y así, sonríe mucho y no se sentirá solo. El profe al oír esas palabras, se tranquilizó mucho y me pidió que siempre lo fuera a visitar y le hiciera compañía, yo acepté, pues el profe “sargento” ya me gustaba horrores y parece que a él le agradó que yo me atreviera a conocerlo muy a fondo. Tanto que me da un abrazo y…. olía muy rico, un olor que no se me olvida hasta el día de hoy, sentí mucha tranquilidad en sus brazos, que bien podía quedarme dormida. Luego me da un tierno beso en la frente y toca mi nariz con su dedo índice, sentí una sensación riquísima dentro de mí, nerviosismo mezclado con excitación. Profe Sargento: - ¿Te pasa algo pequeña? Me pregunta en voz baja. Yo: - ¡No!. Nada. Le contesto muy nerviosa. Llegó la hora de irme y al llegar a casa, a la hora de dormir, recordé el dulce abrazo del profe y empecé a sentir una sensación extraña ...
«1234...»