1. El despertar en el autobus


    Fecha: 20/09/2017, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... volar, sería maravilloso sentir cómo me comían los dos tíos.
    
    Al llegar a mi portal donde tengo mi piso, ya me había decidido, lo haría con los dos. Abrí la puerta, esperé a que los dos estuviesen a mi altura y les eché una mirada picaresca y descarada, entré sin dejar que la puerta se cerrara del todo y los dos me siguieron. Subimos al ascensor y los dos hombres se miraron, se sonrieron y el que me había estado sobando, acercándose me dijo:
    
    Te he puesto caliente, ¿no?. Te gusta mi polla.
    
    Acercándose un poco más me agarró por la cintura y buscó mi boca para darme un beso. Yo lo rodeé con mis brazos por el cuello y ofreciéndole mi boca rompimos los dos en un beso apasionado de mete y saca de lenguas mientras el otro se sacó su polla e hizo que se la agarrara.
    
    A todo esto el ascensor llegó al ultimo piso donde vivo pero como sé que es el único habitado de los cuatro seguí con el morreo, no perdiendo el tiempo, allí mismo en el ascensor, nos fuimos desnudando el uno al otro con rapidez hasta que quedamos completamente en cueros. De pronto llamaron al ascensor y tuvimos que salir deprisa pues la puerta se cerraba y así desnudos con nuestras ropas en las manos corrimos por el pasillo hasta llegar a mi casa.
    
    Mis amantes se llamaban uno Juan y el de las miradas burlonas Antonio. Juan era fuerte, y muy curtido, con manos callosas, parecía un leñador, mientras que Antonio era guapo, algo más bajo pero muy masculino, tenía porte de intelectual.
    
    Tendidos en la alfombra ...
    ... Antonio me besaba y mordía el cuello y deslizando su lengua llegó a uno de mis pezones donde se detuvo chupándolo y mordiéndolo, cosa que me hizo sentir como una corriente eléctrica que iba por toda la columna vertebral hasta llegar a mi ano, mientras tanto Juan acercó su polla y me la ofreció. Vi cómo el nabo que antes había estado sobando mi culo era perfecto, recto, con todo el capullo fuera, algo más oscuro que su piel y enorme, mucho más grande y gordo que el mío, que es de los normales, lo agarré con suavidad y lo besé, después pasé mi lengua por toda su largura y finalmente introduje aquella polla en mi boca sorprendiéndome la sensación de suavidad de la piel del pene, lo lamí y chupé con locura durante bastante rato, pudiendo conseguir meterme en la boca sólo la mitad pues como ya dije antes era enorme aquella polla.
    
    Mi piso tenia unos balcones que daban a un pequeño patio de luz común para todos los pisos.
    
    Normalmente las cortinas estaban echadas, pero esta vez por descuido de la mujer de la limpieza no las había corrido y nosotros con el entusiasmo tampoco lo habíamos hecho. Observé a Antonio que de rodillas se masturbaba mirando hacia el balcón y cual fue mi sorpresa que pude ver que en el piso de enfrente estaba una mujer estupenda de unos treinta años que observándonos a los tres, se había puesto cachonda y se estaba tocando sus pechos y coño. Aquella situación tan morbosa me puso a cien, me incorporé un poco y comencé a besar y a pajear delante de la mujer ...