Lo que escondía la gestoría (segunda parte)
Fecha: 22/02/2020,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Armonic, Fuente: CuentoRelatos
... colección de ellas. Le llevó los brazos a la espalda y se las puso en las muñecas. Después se acercó a su cuello y le susurró al oído.
-Debo decir que has tenido buen gusto en elegir, seguro que te los has pasado muy bien.
Sandra no respondía, aquello era algo que la pilló desprevenida y sobretodo no sabía que podía pasar. En ese momento Alisa desató el nudo de su vestido y este cayó al suelo dejando sus pechos al aire. No pude evitar recordar las veces que los había lamido aquellos pezones, todas las noches de placer con ella, me estaba excitando solo de pensarlo. Sandra estaba nerviosa, siempre era ella la que llevaba el peso de las situaciones, pero se mostraba orgullosa o eso intentaba.
En ese momento Alisa se abrió el abrigo y lo dejó caer al suelo, estaba completamente desnuda; ver su cuerpo perfecto aumentó considerablemente mi excitación. Me sonrió, por el bulto de mi pantalón debió darse cuenta. Se apoyó en la cómoda y ordenó a Sandra que se le acercara. Miró para mi confusa, pero el arma no dejaba de apuntarle y lo mejor sería obedecer por el momento. Suavemente las manos de Alisa rozaron sus labios y bajaron pasando por sus pechos, ella se echó para atrás instintivamente, pero regresó a su posición. Sin decir nada, le puso las manos sobre los hombros y los arrastró hacia abajo hasta que la tuvo de rodillas, arqueó ligeramente las piernas a la vez que sus manos cogía a Sandra de la cabeza y la empujaba hacía su entrepierna.
Sandra se apartó bruscamente y ...
... se giró, no sabía si estaba furiosa o era pavor lo que reflejaba su cara, realmente era una mezcla de ambas.
-Ni se te ocurra, no serás capaz.- Dijo con la voz temblorosa.
Alisa ya lo sabía, yo lo descubrí el día del video universitario; al igual que su madre, tenía convicciones religiosas y para ella las lesbianas eran unas zorras que debían arder en el mismísimo infierno. Lo que querían hacerle era condenarla a ella también. Alisa la cogió con delicadeza, posando sus manos en sus mejillas y se inclinó sobre ella.
-Seguro que quieres salir viva de aquí, ¿verdad?.- mirándola fijamente a los ojos.- y con lengua.- añadió a la vez que pasaba la suya sobre los labios temblorosos de Sandra.
Aquella amenaza minó su resistencia. En un último intento, comenzó a suplicar que olvidaría todo, parecía una niña llorando ante el castigo de unos padres. Todo se interrumpió cuando su boca golpeó los labios vaginales de Alisa, ésta la sujetaba con fuerza para evitar que escapara. Sandra, movió su cuerpo con desesperación mientras las lágrimas salían de sus ojos; finalmente comprendió que quizás ardería en el infierno pero seguiría viva. Cuando Alisa sintió su lengua lamiendo su clítoris, me miró. Pude verlo en sus ojos, lo hacía por mí y para mí. Me quité la chaqueta, mi cuerpo ardía al verlas, aquello era la fantasía más imaginada por los hombres. Cuando me explicó el plan no supe que decir, no hacía falta que me dijera que no era su primera vez, podía imaginármelo; pero no puse ...