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No soy gay pero me culearon entre cuatro (final)
Fecha: 23/02/2020, Categorías: Gays Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
El viejo rió entre dientes mientras se incorporaba, me aferró por el pelo y con un fuerte tirón me puso de rodillas para después darme una cachetada. -¿Vas a seguir haciéndote la loquita? -No… está bien… -el miedo se impuso y tragándome el orgullo me rendí para evitar más golpes. Se sentó nuevamente y repitió la pregunta: -Bueno, contestame, ¿entendés que sería inútil denunciarnos porque no tenés ninguna prueba? Tuve que aceptar que era cierto y se lo dije. -Bien, putita, muy bien, así que tranquilita, a tragar pija dos días y después te vas a tu casa. El muy degenerado parecía haber naturalizado el tratarme como si yo fuera una chica y yo hacía mucho que había aceptado que tenía cosas femeninas: la cola, las piernas, la ausencia de vello, la cintura estrecha, la comba de las caderas, pero no era marica y por eso era un calvario para mí lo que estaba padeciendo. El viejo, con las cosas ya claras en mi condición de carne de verga, me tomó de un brazo y me llevó a otro cuatro más chico, sin muebles ni ventanas y en el cual había algunos trastos. -Acá te quedás. Esta noche te traigo algo de comer. –y se fue sin darme tiempo a plantearle nada. Horas después me trajo dos sandwichs de miga y un vaso de agua, una cena miserable y esa noche tuve que dormir sobre una frazada que doblé en dos con la pretensión de hacerla un poco más gruesa. Es fácil imaginar que en semejantes condiciones apenas pude dormitar de a ratos. Por la mañana estaba despierto ...
... cuando el degenerado me dio un cepillo de dientes y me sacó de ese cuartucho para llevarme de un brazo al baño. -En un rato vienen esos tres, así que lávate los dientes y date una ducha… Te queremos bien limpita… -me dijo y soltó una risa que me dolió tanto en el alma como esas pijas me dolían en el culo. Lo único que me sostenía de alguna forma era el saber que dentro de dos días iba a ser liberado. Cuando terminé, con el viejo junto a la bañera, hizo que me secara, que me lavara los dientes y después me llevó a la cocina, donde se preparó el mate. -¿Qué hora es? –le pregunté. -Las 11. -¿Y… y ellos a qué hora van a venir? -A las cinco, así que después de almorzar voy a tener tiempo de darte pija antes de dormirme una siesta. –dijo como si violarme fuera la cosa más natural del mundo. Escucharlo me estremeció. Me sentía cansado después de haber pasado tan mala noche y me atreví a preguntarle si me dejaba dormir un poco en su cama: Él pareció pensarlo mientras le daba varias chupadas a la bombilla y finalmente dijo: -Está bien, andá… Va a estar bueno que te agarremos descansadita, jejeje. Yo voy a ver televisión antes de comer y cuando termine de almorzar te despierto y me chupás la pija antes de que me duerma una siesta. Con un cierto asombro ante ese gesto considerado del viejo salí de la cocina y una vez en el dormitorio me derrumbé en la cama y me quedé dormido casi enseguida, vencido por el cansancio y a pesar de que me esperaba tener que ...