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No soy gay pero me culearon entre cuatro (final)
Fecha: 23/02/2020, Categorías: Gays Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... de esta putita… -¡Porque son machos y no putitas como ésta! Los cuatro prorrumpieron en carcajadas y después de que me hube secado me arrastraron al dormitorio, donde durante un tiempo que no supe calcular, pero que me pareció interminable, volvieron a someterme a innumerables violaciones. Desmadejado sobre la cama y con el orificio anal ardiéndome otra vez me alegré –si cabe esa palabra- cuando los escuché decir que esa misma noche, a favor de la oscuridad, me iban a dejar libre. Poco después los muchachones se iban y horas más tarde don Cosme se sentaba en el borde de la cama con mi ropa en su mano derecha. -Vestite que te vas, putita. ¡Vamos!, que estoy agotado y quiero cenar y acostarme. Impulsado por la inminencia de mi libertad comencé a vestirme y cuando estuve listo el viejo me hizo seguirlo hasta la puerta de calle y antes de abrirla me soltó una nueva advertencia: -Cuando llegues a tu casa, boquita cerrada, ¿oíste, putita? Inventá algo para explicarle a tu tía y acordate de que si contás los chicos te lo van a hacer pagar muy caro. Vos sabés lo duros que son, ¿eh?... Seguro que conocés la fama que tienen en el barrio. -No voy a decir nada… le aseguré al viejo mientras en mi ...
... mente comenzaba a tomar forma la mentira con que iba a engañar a tía Olga sobre mi desaparición de tres días. A partir de entonces, si me mandaba al almacén de don Manuel yo daba un largo rodeo para evitar a don Cosme y a esos tres degenerados. Pasaron tres años de aquel infierno. A mi tía, que me recibió con una mezcla de alivio y enojo, le dije que unos delincuentes me habían secuestrado para pedir rescate, pero que finalmente se dieron cuenta de que me habían confundido con el hijo de un matrimonio de mucha plata y acababan de soltarme. Poco después pude liberarme de la tutoría de tía Olga mediante un fallo de La Justicia. Desde entonces vivo solo, estoy de novio con una chica preciosa, trabajo en un estudio de abogacía y pienso ingresar en la Facultad de Derecho. El lector pensará que todo está bien ahora en mi vida, pero debo aclararle que no es tan así. No vivo tranquilo, porque sigo padeciendo en la calle el asedio de esos sátiros que me dicen obscenidades y en el bus y el metro siguen haciéndome sentir la polla dura en el culo con inquietante frecuencia. Es que conservo un aspecto aniñado y mi figura mantiene esas formas casi femeninas que tientan a tantos perversos que andan por ahí. Fin