El Viejo Intruso
Fecha: 25/02/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Duncan58, Fuente: SexoSinTabues
... apenas le permitía respirar. Ana liberó a Ramón separando sus nalgas. El se incorporó, tomó una cerveza y encendió otro cigarrillo. Ana caminó hacia enfrente y se volteó, desnuda de la cintura para abajo y la blusa abierta - ¿Si te diste cuenta que Carlos nos torció? - le dijo a Ramón. - Lo supuse- contestó Ramón. - Podría estarnos viendo -, dijo Ana. –Es muy mañoso-, continuó. - Déjalo que se eche un taco de ojo-, dijo Ramón. Ambos se rieron, como restándole importancia, pero Ana quedó algo preocupada. Ramón se puso detrás de ella, y de un vigoroso impulso la penetró por el ano, de pie. Ella se arqueó un poco hacia enfrente y se abrió lo más que pudo para asegurar una penetración total, hasta que los grandes testículos del albañil detuvieran su pene. Ana pensaba y pensaba como podría hacer que su espectador mantuviera la boca callada, mientras Ramón le daba toda su longitud por el culo. Ana y Ramón jadeaban y gemían. El albañil la tenía tomada firmemente de los antebrazos mientras la penetraba con inusitado vigor. ************* En la soledad de su casa, Carlos se puso a buscar sus “mira lejos”, como les decía a unos viejos binoculares que le había dado hacía años el padre de Ana. Salió por la parte posterior de la finca, y rodeando por unos árboles, llegó hasta un alejado paraje de donde tenía una visión perfecta de donde se encontraban Ana y Ramón. Se colocó detrás de un grueso tronco, y se puso a ver con los binoculares, logrando enfocar a la pareja que locamente seguían ...
... en su tórrido trance. Ella, de pie completamente curveada hacia Ramón, uniendo sus nalgas en incesante ritmo a su cadera. El, erguido, tiraba de los brazos de la bella mujer con energía, la soltaba, entrelazaban sus manos, ella ponía sus manos en las nalgas de Ramón como no queriendo dejar escapar un solo milímetro de su culo de aquel ardiente miembro que la tenía poseída. La blusa de Ana colgaba de su espalda, abierta por completo, pero aun puesta. Sus blancas y bellas tetas claramente se bamboleaban con cada penetrante impacto del albañil. Carlos, asombrado y caliente contemplaba como Ramón se culeaba a la hija del patrón…. - Se la está cogiendo por la colita, le está metiendo todo el pito por el fón-fón- decía para sí Don Carlos, claramente viendo que el pene del albañil la penetraba a media nalga, vista de lado. -No hay de otra. se la está metiendo por el culito¬-, repetía el viejo vaquero una y otra vez… -por el culito, por el culito-. Carlos aflojó su cinturón y se sacó la verga, decidido a masturbarse a sus setenta y tantos años. El espectáculo era demasiado para soportarlo. Lentamente, empezó a hacerlo con su mano derecha mientras sostenía en la otra los binoculares disfrutando la no tan privada función. Ana y Ramón parecían haber olvidado que había otra persona en los alrededores que pudiera verlos. Sería la tercera persona en menos de medio día que sabía lo que ocurría entre ellos siempre y cuando Doña Panchita y Don Raymundo, los tenderos, no hunieran sacado sus ...