Mi mujer es bien puta, pero sólo conmigo - Relatos Eróticos

Mi mujer es bien puta, pero sólo conmigo

Todo vimos una escena porno aunque sea accidentalmente al principio sólo los vez por ver, después yo me imaginaba a mi amada, me imaginaba quitándole su virginidad al mismo tiempo que ella me clavaba sus uñas en mi espalda y así fue aún lo recuerdo bien ese día después de varios días de trabajo y llamadas por teléfono platicando que ella iba a venir y planeábamos que íbamos a hacer los días que ella se quedará, recuerdo también que por teléfono hablábamos de lo que le haríamos cuando estuviéramos juntos como pareja le decía que la abrazaría y nos acostaríamos en la cama y yo la abrazaría por la espalda besándote su nuca y susurrándole al oído que la amo mientras le toco suavemente sus senos pero en realidad yo imaginaba por fin ver el color de su brasier arrancarle su brasier y por fin ver su chichitas que tanto le quise ver cuando traía uniforme o cuando traía blusas, mámale desesperadamente sus chichotas eran pequeñas pero me gusta decirle chichotas.

En ocasiones quise caldeármela como vulgarmente se dice, meterle la mano tocar su calzoncito o sus bubis, nunca me dejo, sólo me conformaba darle unos arrimones ricos cuando la abrazaba por atrás eso se sentía muy rico porque ella iba caminando y yo sentía como una de sus nalgas bajaba mientras la otra subía yo sé que a ella le gustaba también porque no me quitó, la tenía que dejar ir cuando estábamos cerca de su casa no sin antes verle trasero he imaginar si traía tanguita o calzoncito ver cómo me las movía mientras se ...

... iba. Yo decía dentro de mi esas nalgas son mías y me las tengo que chingar.

Cuando llegó me fue a visitar a donde yo estaba, me la llevo un taxista al llegar y bajar del auto vi que traía un faldita blanca y una blusa del mismo color que dejaba ver su brasier y se le veían una piernas impresionantes, la metí al cuartito donde yo estaba la bese con desesperación platicamos un poco pero no me podía contener, la subí en el escritorio y me metí en medio de sus piernas se las agarre hasta donde pude se sentía bien sabroso me moría de ganas por meterle la mano ahí y agarrárselas, se me paró la verga, tanto que se me veía muy descarado en el uniforme, ese agasaje fue inolvidable, yo creo que fue la preparación para el gran día.

El gran día

Y Cuando ese gran día llegó, yo estaba desesperado por llegar rápido al hotel, la verdad ya quería llegar a cogérmela, que visita ni que nada, incluso hasta tome un camión equivocado me dejó más lejos del centro, no mucho pero si tuve que caminar un poco más, al llegar toque la puerta ella abrió y si más ni más le di un beso, nos sentamos en la cama nos seguimos besando después la acomode bien en la cama cuando ella sintió que si se la iba a meter no esperamos un rato seguimos platicando acostados abrazados después de un rato empezamos otra vez le bese el cuello y un poco sus pechos, se las quería mamar como siempre quise pero no era el momento sentí que tenía pena, le baje su calzoncito y cuando le insinué que si me dijo que no, se ...