1. MI tía Ana


    Fecha: 28/02/2020, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... la encontré desnuda totalmente cambiándose. La imagen de mi tía desnuda la tengo grabada en la mente desde aquel día. Su cabello color castaño acabado en mechas color miel, liso y largo por la parte de detrás de su espalda, la cual está llena de lunares muy atractivos. Su vientre, esculpido de las intensas horas semanales dedicadas al deporte, sus piernas, musculadas de la bicicleta pero con un toque sexy que me volvía loco, sus ojos color miel y su rostro, muy pálido, con nariz respingona, y un lunar en ella, así como sus pequeñas orejas. Pero lo que más me llamó la atención de todo ésto fueron sus tetas. Debo decir que mi tía acostumbraba a llevar prendas anchas con las cuales nunca había podido apreciar el tamaño de sus pecho. Sus tetas eran perfectas, redondas, con los pezones enormes, que casi se salían de la teta, las tetas para nada estaban caídas a pesar de su edad, estaban totalmente turgentes, os puedo asegurar que tenía un par de mamellas aproximadamente de la talla 120, algo descomunal, colosal, que hizo que me empalmase nada más verla. Volviendo al relato, me puse colorado al ver a Ana desnuda (era la primera vez que la veía) y con un enorme bulto en la entrepierna), así que me dispuse a pedir perdón y a salir de la habitación cuadro ella me dijo: - No te preocupes sobri, son cosas que pasan, no pasa nada. -Vale Ana, pero ésto me da mucha vergüenza, siento mucho haber entrado sin mirar. -No te preocupes, si cuando eras pequeño yo éstaba desnuda y tú entrabas en ...
    ... la habitación y no pasó nada. -Ya tita, pero entiende que ahora tengo otra edad. - Jajajajaja sí, ya lo he comprobado ahora mismo- dijo mientras se reía y señalaba a mi encabritada entrepierna- No te preocupes, a tu edad es normal que pasen éstas cosas. Me empecé a poner coloradisimo, tanto que me entraron ganas de salir corriendo pero me quedé inmóvil, apoderado de la vergüenza y empecé a llorar de la impotencia que estaba sintiendo. Ana me tranquilizó y me dio un abrazo, y me prometió que ese sería nuestro secreto. En el día estuve muy cortado y ya caída la noche, tras cebar unos sándwiches que yo mismo preparé, empecé a sopesar lo que mi tía había dicho. Si bien es cierto que las cuarentones tienen bastante problemas a la hora de ligar yo no acaba de entender como esa pedazo de hembra estaba con un semental que se le echara encima 24/7 . Vio como normal que estuviera empalmadísimo aun siendo mi tía carnal de toda la vida, no sé, algo muy extraño. Pero ese tenía que ser el día que más mala suerte tuviese( o al final, buena 😆) y empecé a pensar en la figura de mi tía. Cuarentona, deportista, sin hijos con cuerpazo y tetazas, poco me importó que fuese mi tía, me la empecé a menear pensando en es cuerpazo y en lo que le haría si estuviese dispuesta. Pues como ese día la mala suerte se había apoderado de mí mi tía entró de repente a mi habitación a coger su espejo cuando me pilló destapado sacándole brillo al caso alemán. Sin sorprenderse y entre risas dijo: -Tranqui, tú como ...
«1234...»