MI tía Ana
Fecha: 28/02/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... si no estuviera yo, a lo tuyo, vaya faena que mañana tendré que echar a lavar las sábanas- dijo entre risas mientras cerró la puerta. Os juro por dios que sopesé pegarme un tiro. No sabia con qué cara iba a mirarla mañana después de saber que tenía un sobrino pervertido y pajero. Me tranquilicé un poco, acabé la paja (debo reconocer que un poco si cayó en las sábanas ) y me dormí cómo un bendito. Al día siguiente, era sábado, me desperté tarde y me encontré que las sábanas de mi habitación estaban cambiadas y el calzoncillo que había dejado apoyado en el radiador no estaba (lo habría echado a lavar) Me desperté, me duché y me vestí y fui muerto de la vergüenza desayunar. -¡Hola cielo!. ¿Qué tal has dormido? . Espero que bien, venga a desayunar que te he preparado tortitas. - -Ana, respecto a lo de anoche. - -No tenemos por qué hablar de ello si no quieres. Por mí no hay problema, eres un hombre y es lógico que en ocasiones tengas tus necesidades. Por mí puedes hacerlo cuando quieras que no me voy a alarmar. Y si lo que piensas es que se lo voy a decir a tu madre, no te preocupes que te juro que no lo haré. -Me tranquilizó dándome un abrazo. - La verdad que sus palabras me tranquilizaron y me quedé mucho más relajado. Tras cinco minutos replicó. -Eso sí, intenta no manchar las sábanas, dijo riéndose en tono burlesco. - La verdad que no me molestó. Veía a mi tía una mujer centrada y moderna que realmente sabía lo que había. Porque para quien no lo sepa todos los hombres nos ...
... tocamos. Justamente ese mismo día salimos a tomar una cerveza ella y yo. Lo que noté raro es que Ana llevaba un top con un escote de infarto, lo cual me hacía no poder controlarme sobre mí mismo, aunque el día transcurrió con normalidad sin que ella se diera cuenta de nada. Los días fueron pasando y la muy cabrona cada día llevaba ropa más provocadora. Incluso por casa llevaba la bata sin nada debajo, durante unos días mi tía me provocaba constantemente. Así yo, cavilé dándome cuenta que las provocaciones que me hacía mi tía no eran casuales. Pensé que mi tía desde la paja in fraganti que me pilló, me veía como un hombre y quería excitarme. Al principio pensé que la muy hija de puta quería ponerme cachondo para que intentase algo con ella y chivarse a mi madre para librarse de mí. Pero no. Ana ya tenía 41 años y las oportunidades ya no eran como antes. Llevaba bastante sin follar, y la muy lunática tenía la intención de, si se daba el caso, chingarse al hermano pequeño de su hermano, a su sobri. Ante esta reflexión debo decir que yo también estaba totalmente dispuesto a pasarme por la piedra a mi tía. Esa cuarentona iba a ser mía costase lo que costase. Pasó el primer semestre universitario y la navidad y la verdad que seguí sacando muy buenas notas, hasta que un día de mayo estando los dos en casa (un sábado) ocurrió lo que algún día tendría que ocurrir. Daban las 4 de la tarde y tras comer, daba muy buen tiempo y Ana me preguntó si me apetecía comprar unas cervezas y bajar a ...