1. Luis, Jacobo y un verano 25 Reconciliación en la cama


    Fecha: 28/02/2020, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    ... encima de él y le mordí el mentón con los pelos de chivo que llevaba, no me atendía y se afeitaba de una vez. Pasaba rozando mi cuerpo sobre el suyo, sintiendo bajo la tela de nuestros pantalones la dureza de nuestros sexos. -Me gusta, me gusta tu verga Julio, tu boca tan rica y estos pelos de tu cara que no quieres afeitar. Me moría de ganas de tenerte. -Habérmelo dicho, yo también quería y no me atrevía por tu enfado, Luis tienes un cuerpo divino, me encanta acariciarte la piel y besarla. Y no dejaba de besarme sumamente excitado, los dos lo estábamos y no dejábamos de frotarnos nuestras vergas y enredar nuestras piernas, y todo el cuerpo desesperados por tenernos, terminaríamos por corrernos sin quitarnos la ropa tanta era nuestra desesperación y deseo. -¿Nos desnudamos? -¿A qué esperas? -¿Aquí, o en tu habitación que tiene la cama más grande? -Allí, sin duda, quiero devorarte. Salimos corriendo al pasillo, quitándonos la camisa, el pantalón, tropezando y marchando a la pata coja, riendo a punto de caer enredados nuestros pies en la tela, y ninguno de los dos llevaba ropa interior. ¡Ufff! Ver su redondo y peludito culo moverse aumentó el tamaño de mi polla, si él se dejara no me importaría penetrarlo. Él se tiró primero sobre la cama y yo sobre su cuerpo apresándolo para que no se me escapara y ahora si podía sentir su calor, el contraste de su piel dura con la mía nacarada y suave, las dos vergas unidas, pegadas por nuestros flujos, follándome su abdomen ya que su ano no ...
    ... me estaba permitido. Me fui girando para quedar invertidos, yo encima de él, abierto de piernas con mi culo sobre su cara, él también abierto con su verga apuntando a mi boca, elevé un poco mi cadera para dejarle mi pene al alcance su boca. Entonces lo vio. -¿Qué te has hecho? -me apartó de él casi violentamente y quedé tumbado boca arriba mientras él, de rodillas ante mí, miraba mi pubis. No sabía si le gustaba o no, lo miraba fijamente y luego puso su mano sobre el leve brillo de mis pelos, siguió con la punta de sus dedos por los bordes del triángulo y sonreía, lo veía bonito. Cogí mi pené y lo metí entre mis muslos, ocultándolo cruzando mis piernas para retenerlo y que no se viera. -¡Es precioso! -Iba a ser mi regalo por tu cumple. -¿Mi regalo? -Esperaba que te gustara y aquella noche de la fiesta te lo iba a enseñar. -¿Has hecho esto por mí…, más aún? -parecía que se sintiera culpable. -Quiero que me veas guapa, que quieras estar conmigo alguna vez, y le pedí a mamá que me llevara a su salón de belleza. –pasaba con suavidad su mano por el pelo de mi pubis, las rojeces habían desaparecido de la parte alta y del entorno del pene, milagro del aceite que Adrian me entregó y recomendó utilizar. Se tumbó a mi lado, los dos girados para tener nuestros ojos enfocados, acerco su cara y me besó en la nariz. -Luis yo te encuentro guapa, bellísima, no necesitas hacer más, lo que tienes al natural es suficiente, pero gracias, gracias pequeño y es muy bonito lo que has hecho, el mejor ...
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