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Luis, Jacobo y un verano 25 Reconciliación en la cama
Fecha: 28/02/2020, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues
... regalo de todos, y he tenido muchos, eres tú. Era tan bonito, todo tan dulce, reconozco que hasta empalagoso, pero a mí me gustaba, me encanta la dulzura, la suavidad, verle tan…, tan entusiasmado con mis artes de seducción que empleaba para tenerlo contento. Volvimos a nuestros besos, ahora suaves, no como al principio. -Volvamos a ponernos como estabas, quiero comerté el culito mientras me la mamas. ¡Ohhhhh! Sí, era prodigioso su empeño en darme la mejor comida de culo que él hubiera podido practicar, reconozco que no era como la de Asaf, pero ponía tanto interés que las lamidas de su lengua en mi periné, mis huevos y el entorno de mi ano, suplían las metidas de lengua del melenas de Asaf. Y además se trataba de Julio, el chico al que amaba y al que tenía totalmente entregado y con su rica y suculenta verga en mi boca chupando y jugando con ella. Lamía, chupaba y aspiraba sus jugos dulces y pegajosos, acariciaba sus huevos hermosos que se movían danzando en su escroto, y podía acariciar su anito con mis dedos húmedos de su precum. ¿Qué más podía pedir? Que me la metiera para sentirme, en ese momento, muy hembra, su mujer, su chica amada, querida y entregada en un acto de amor sublime donde el placer emocional superaba el carnal que ya era inaguantable. -Julio, ¿quieres meterla, follarme? Yo sí lo deseo… –¿y qué iba a hacer él?, complacerme aunque imagino que él lo deseaba igualmente. Nos separamos sin que dejara de besar y lamer mi cuerpo, yo hacía lo que podía y él me ...
... dejaba, deseaba mantener su rica polla en la boca y a la vez que la metiera por mi culo. Habíamos acertado al escoger su gran cama para poderme mover como él quería y llevarme de un lugar a otro, tenerme así en diferentes posiciones sin peligro de caer al suelo. Se subió encima de mí y coloque mis piernas en sus hombros, respiraba agitado esperando ansioso su acometida, sentir como su poderosa verga se abría camino en mi carne. Antes de comenzar a meterla se inclinó hasta que nuestros pechos se unieron. -Te quiero pequeño. –besó mi boca y dirigió su polla a la entrada de mi ano, entró como si fuera un proyectil, así de brutal y rápido. Chillé mordiendo mi labio. -Me vas a partir. -Eso quiero. –al principio soporte su brutalidad resignado, era el macho que dominaba a su hembra y tenía su derecho a ejercer su fuerza. Después de varias bestiales entradas comencé a sentir mi gozo, el placer de verme impedido de escapar en la posición prisionera en que me tenía, y pasó el dolor inicial para dejar paso al placer, al deleite. -Dame, mételo fuerte machote, jode a tu hembra, inúndame de tu leche. –loco, ido, agitaba mi cabeza llevando mi pelo de un lugar a otro, ayudando con mis riñones y empinando mi culo para que me partiera. -¡Qué rica estas putita mía, qué buena! -y mordía mi oreja sin dejar de entrar y salir -Julio, mi amor, me voy a correr, me corro, ¡Dioooooooooooooss! -un tenso orgasmo empezó y creía que no tenía fin, contraía mi vientre hasta el dolor y mis pies eran de duro ...