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Entrevista humillante
Fecha: 01/03/2020, Categorías: Gays Autor: Rosa, Fuente: CuentoRelatos
Era la oportunidad de mi vida, (o eso creía) para entonces tenía 23 años, recién llegada a Madrid, y con muchísimas ganas de triunfar como modelo o actriz, mis medidas casi perfectas 60-85-60, chica con estudios, con estilo, mona de cara con mis labios carnosos y mis grandes ojos marrones. El anuncio decía: “IMPORTANTE EMPRESA NACIONAL: ACTRICES MODELOS Y AZFATAS: Busca chica joven, con aspiraciones a artista, para promocionarla como Modelo Actriz o Azafata. Dispuesta a pasar un duro plan de selección y tras un período de formación exhaustivo de un mes en Segovia, cobraría un sueldo fijo de 200.000 ptas. al mes, más 50% comisión sobre los trabajos a realizar.” Parecía hecho a medida, no tenía problema por desplazarme fuera y total sólo un mes y qué pedazo de contrato sería. Llegué a la empresa de modelos, situada en el centro de Madrid, me había citado con una señora llamada Almudena Sánchez, unos 40 años, alta, fuerte, morena, vestida en plan ejecutivo. Me hizo mil preguntas, algunas me parecieron fuera de tono, pero las ganas podían conmigo: —¿Eres virgen? —Sí bueno tocamientos, pero nada más. —¿Te masturbas? —Eh bueno me he acariciado, pero, esto no. —Muy bien ahora quiero ver tus aptitudes como actriz, espera por favor. —Llamó por interfono— Juan avisa a Pablo que igual os puede interesar la entrevista, venir por favor. Entraron Juan y Pablo, no hubo presentaciones se sentaron y me miraron, uno era joven unos 30 años, guapo, vaya muy ...
... interesante, el otro era un gordo con cara de salido. De repente me dijo Almudena: —Bueno veamos que tal actriz eres: coge este libro, vete al centro de la sala y lee el primer párrafo. Me esmeré todo lo que puse leyendo con atención, me sentía observada. Una vez leído el primer párrafo me callé esperando nuevas órdenes y llegaron, ya lo creo que llegaron: —Muy bien —dijo el gordo— ahora haz lo mismo, pero desnuda. Mire directamente a Almudena a la cara y me hizo un gesto como diciendo venga que esperas. Era verano y tan solo llevaba un vestido azul celeste mi sostén y mi tanga. Me miraban esperando a que empezara a realizar un pequeño striptease, me retiré los zapatos, retiré de mis hombros las dos tiras del vestido y este cayó dejando poco a poco ver mi impresionante cuerpo hasta caer al suelo, di un paso adelante, me agaché para recogerlo y lo coloqué en la silla, me volví al centro de la habitación y cogí el libro, cuando iba a empezar me paró y con tono enfadada soltó: —Rosa te han pedido desnuda y no lo estás, ¿realmente te ves capacitada para este puesto? —por supuesto —contesté yo, desabrochando mi sujetador, saliendo mis bien formadas tetas con esa aureola perfecta y pezones semi erectos por el frío del aire acondicionado. Estaba nerviosísima, pero quería el puesto, me coloqué en el medio y bajé mi tanga hasta las rodillas levantando el pie para que pudiera salir y cogiéndolo con la mano lo tiré en el sillón. Traté de taparme con el libro, ...