1. LA HELADERIA


    Fecha: 22/09/2017, Categorías: Masturbación Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... estaba agotada, al sacar el coche del estacionamiento medí mal la distancia y rayé un costado contra la pared, no le dije nada a Ignacio porque sé cuánto cuida el auto y sabía que armaría un escándalo. Almorzamos sin mencionar el tema y fui a recostarme un rato mientras él se quedó mirando una película. Al atardecer, mientras merendábamos con mucho tacto le comenté lo sucedido y tal cual lo había previsto comenzó el infierno, una cosa trajo a otra y un reproche trajo a otro, levantamos la voz mutuamente hasta que harta de la discusión tomé mi cartera de mano y le dije Ya no te soporto! Me voy a dar una vuelta para olvidarme de todo esto… Y así te vas? pareces una puta! Me miré a mí misma, tenía un vestido naranja ajustado y un tanto viejo que ya usaba en casa, un poco desteñido, se hacía amplio a partir de las caderas hasta llegar a las rodillas, me hacía un culo grande que llamaba la atención pero tampoco podía ocultar lo que me había tocado en suerte, además, me molestaba que me dijera ‘puta’, porque no lo era, no contesté y tomé las llaves del departamento, el prosiguió Mirá, si hasta se te nota la tanga enterrada en el culo… Y también debió ser cierto porque tenía una pequeña prenda interior que se perdía en mi cuerpo, pero no iba a dar el brazo a torcer, así que sin más lo dejé protestando. Caminé ciega, embravecida y masticando bronca, al cruzar la esquina, una moto pasó a mis espaldas y el conductor gritó a los cuatro vientos: Negra! Que pedazo de orto! te lo chupo ...
    ... todo!!! Me da mucha bronca este tipo de piropos, pero en esta ocasión, me trajeron a la realidad y me hicieron ver que el punto de vista de Ignacio no estaba equivocado… Seguí caminando y entré a una heladería, a un par de cuadras de casa, pedí un cucurucho con frutilla y crema rusa y me senté en una mesa a degustarlo. En diagonal, había un tipo sentado que me miraba insistentemente, no sabía cuánto tiempo hacía que me estaba mirando, pero recién reparaba en él, con disimulo noté su cabellera engominada, un rostro cuadrado y su cuerpo con una camisa negra, lucía unos profundos anteojos de vidrios negros que me impedían ver sus ojos, pero adivinaba su mirada fija en mi persona, sentí una rara sensación, de cosquillas, un tanto molesta por su insistencia, un tanto excitante por ser hombre y por lo loco de la situación. Al fin pareció decidirse, se levantó, tomo una silla y se sentó a mi lado, se sacó los lentes con su mano derecha para mordisquear una de las patillas, unos ojazos azules como el cielo se clavaron en los míos, pero mi postura de mujer puso distancia ante el intruso -Perdón? – apuré como dejando por sentado que no era bienvenido -Si… perdóname, te conozco, pero no recuerdo de que agencia sos… -Agencia? qué agencia? – pensé que el tipo me confundía con alguien y me intrigó su pregunta -Claro, de que agencia de modelo, sos modelo cierto? Sacó una sonrisa de mi rostro, una pregunta tonta pero efectiva, por un momento me había confundido, respondí al tiempo que saboreaba ...
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