1. LA HELADERIA


    Fecha: 22/09/2017, Categorías: Masturbación Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... el helado -No… no soy modelo… -No eres modelo? y por qué te retiraste siendo tan joven? Nuevamente provocó una risa en mí, esta vez mas desinhibida, adoraba ese tonto juego de seducción al que me sometía -Por cierto, soy Ignacio, y de verdad pensé que eras modelo… y tu eres… -Ignacio? – pregunté con cara de pocos amigos, tantos nombres y se tenía que llamar justo Ignacio -Si, por? – preguntó sin entender -Ignacio es el nombre de mi esposo… - aprovechando de paso la situación para dejarle en claro que era una mujer casada y que no quería problemas -Esposo? mentira… tú no estás casada, no tienes compromisos… -Y por qué habría de mentirte? – pregunté con una voz ruda, como dejando en claro que no me gustaba que me trataran de mentirosa -Fácil, - dijo el con premura – si yo fuera tu esposo no te dejaría sola ni por un segundo, acaso no notas lo hermosa que eres? Solo sonreí y me sonrojé, tres sonrisas en tan poco tiempo a un desconocido se me hacía peligrosamente excitante, me quedé encerrada en mis pensamientos -Y a qué te dedicas? – dijo acelerando el ritmo -Soy doctora… -Lo que necesitaba! – dijo en voz tan alta que la gente de alrededor miró hacia donde estábamos, lo que me hizo incomodar… -Tengo el corazón roto – agregó ahora casi susurrando… Nuevamente me arrancó una sonrisa y casi sin darme cuenta ya estábamos dialogando como si fuéramos viejos conocidos. Palabra va, palabra viene ya había terminado mi helado y viendo que se acababa el tiempo me dijo -Que te parece si ...
    ... vamos a un lugar más íntimo, podemos pasarla genial! – tomando una de mis manos entre las suyas -No… gracias… no puedo… -Por qué? que te lo impide? -Mi marido… solo salí a dar una vuelta… -Sabes? – siguió queriendo cambiar el tono de la conversación – estoy loco por vos, desde el momento en que te vi, y haría cualquier cosa por tenerte… Ese nuevo halago provocó una sonrisa que él tomó como un cumplido, siguió hablando Me creerías si te dijera que tengo una terrible erección? Me sonrojé por lo directo de sus palabras y miré en derredor con vergüenza por si alguien hubiera escuchado lo que yo había escuchado, entonces dije en vos baja -Basta Ignacio! Estás loco? -Loco por vos, quieres comprobarlo? El aún tenía mi mano entre las suyas, y noté que con sus últimas palabras intentaba conducir mi mano a su entrepierna por lo que me paré de golpe para darle un corte a la situación, el hizo lo mismo sin soltarme todavía, metió su mano libre en uno de sus bolsillos, sacó una tarjeta y me la dio diciendo: -Por cierto, soy abogado, y siempre gano mis pleitos, así que ya sabes, esperaré tu llamado… Y en forma osada acercó su mejilla a la mía para darme un pequeño beso. Como una chiquilla me apresuré para volver a casa, sintiendo al alejarme su mirada perdida en mi trasero… Al llegar descubriría que mi esposo no estaba, solo una nota sobre la mesa indicándome que él también había decidido pasear para pensar un poco, que no lo esperara a cenar, puesto que había arreglado con algunos amigos ...