1. La chupitería


    Fecha: 02/03/2020, Categorías: Sexo en Grupo Autor: javie, Fuente: CuentoRelatos

    Merche siempre me ha llamado la atención. Ella, que parece tener una vida prácticamente resuelta, con su familia y su trabajo, a veces da la sensación de que sigue buscando algo, como que aparenta cierta tristeza.
    
    Hablamos en los entrenamientos, comentamos cosas e incluso nos hemos tomado algunas cervezas después. No lo entiendo. Bueno, como gran parte de esta vida, pero es atractiva, tiene buen cuerpo y sé que le gusta mostrarse así. Ella lo sabe.
    
    En mi parcela de imaginación ya he tenido varios encuentros con ella, unos más o menos sexuales que otros e intento componer lo que podría suceder en diferentes situaciones. Lo buenos de todo esto es que seguramente cuando nos tomamos una cerveza de verdad frente a frente de alguna forma ella tiene que darse cuenta de lo que proyectan mis ojos al mirarla.
    
    Entonces llegó un día que nos fuimos de copas todos los del grupo. Todo bien, acabamos en un bar más o menos chulo bailando, pero la gente empezó a retirarse y nos quedamos los 4 gatos. Entre ellos nosotros dos. Decidimos irnos a una chupitería, donde se puede bailar, beber, hablar y conocer gente. Eso sí al día siguiente te acuerdas de algo, lo cual puede estar hasta bien algunas veces.
    
    Después de un rato me acerqué a pedir una ronda a la barra y llegó ella por atrás poniendo su mano encima de mi hombro. Notaba su pecho aplastándose sutilmente contra mi espalda, sé que ella quería que así fuera porque no fue un toque sin más, era sutil. Y empezó a preguntarme sobre ...
    ... los chupitos mientras con su mano jugueteaba en mi hombro con los dedos. Mientras hablábamos había bastante jaleo a ambos lados y nos estaban empujando, así que para ahorrar espacio en barra agarré por la cintura a Merche y la coloqué justo entre la barra y yo. Estando detrás de ella pude notar sus nalgas bien duras, sobre las que había colocado con tacto mi pene justo en medio.
    
    Pude notar cómo ella también empujaba levemente su cadera contra mí, fingiendo estar incómoda tan cerca de la barra. Como mis brazos estaban a ambos lados de sus hombros y encima de la barra, por no agobiarla de esa forma los bajé y coloqué mis manos sobre sus caderas. Me sorprendió ver lo bien que se acomodaban a ella y cómo era de fácil agarrarla. Por un instante me imaginé cabalgándola por detrás y moviendo su cuerpo contra el mío tirando de su cintura. Era increíble cómo se sentía esa falta tan corta, con esa textura.
    
    Eso tuvo su resultado: me excité muchísimo y me empalmé más de la cuenta. Como estábamos tan pegados ella se dio cuenta al instante, giró levemente su cara y me dijo con una sonrisa de picarona “joder, cómo estás de duro, ¿no? ¿Qué te pasa?” Entonces no me corté y le dije que me faltaba un chupito más para besarla allí mismo. Ella con un gemido me dijo que no, que por favor no lo hiciera. Y así nos quedamos por unos instantes, mi pene agitándose entre sus nalgas y ella moviendo ligeramente la cadera en círculos. Así que me atreví a dar un paso más: acerqué mi mano lentamente ...
«123»