1. La chupitería


    Fecha: 02/03/2020, Categorías: Sexo en Grupo Autor: javie, Fuente: CuentoRelatos

    ... hacia su entrepierna por delante y la deslicé con cuidado dentro de su falda. Ella me agarró, pero no con mucha fuerza, como dejando claro que no podía dejarme hacer lo que yo quisiera, pero en el fondo sí que lo quería. Al menos se sentiría mejor por haberse resistido un poco. Metió un poco más el estómago para que pudiera encajar mi mano dentro de sus bragas y alcancé su clítoris con poco esfuerzo. Mientras me recreaba con su placer estábamos tomándonos un par de chupitos más y hablando, algo que me pareció sumamente excitante porque ella trataba de aguantar las expresiones de placer. Al minuto ya estaba alcanzando mi pantalón con su mano disimuladamente. Ella estaba perdiendo el control.
    
    De repente apareció Ana, una de las compañeras del gimnasio, también una mujer madura y con familia, pero creo que con las mismas preocupaciones que Merche. Ana tiene la característica de hablar mucho y fanfarronear sobre el sexo, bueno, al menos con sus fantasías, aunque todos pensamos que fanfarronea. Nos preguntó que qué estábamos bebiendo y al ver la cara de Merche en seguida se percató de lo que estaba pasando y dijo “Anda, anda, la fiesta que tienen montados estos dos aquí. ¿Aún queda espacio para una mano más o qué?”. Creo que lo decía más o menos en broma, pero la miramos los dos como esperando que se uniera en cualquier momento. Ella miró hacia mi pantalón y vio la mano de Merche tratando de sacarme el pene por la cremallera sin resultado. Entonces Ana se aproxima pegándose a ...
    ... mí y metiendo su mano entre nuestros cuerpos. Notaba cómo sus pechos se aplastaban contra mi brazo, calientes y duros al mismo tiempo.
    
    - “¿Qué quieres, sacártela?”, me preguntó Ana.
    
    Notaba cómo su mano se metía en mi pantalón con destreza y bajaba lo suficiente mi calzoncillo para alcanzar mi pene, que estaba muy duro. “Qué ganas tenía de tocártela”, fue lo único que me dijo mientras jugaba a subir y bajar mi glande ya humedecido de la excitación.
    
    Entonces Ana dice: “Pues esta está caliente como una perra, así que mejor que le des lo suyo, ¿no?”. Viendo la situación, era complicado hacer nada ahí sin que nos vieran, pero teníamos una cómplice de la escena por lo que algo aliviaba. Merche estaba totalmente a disposición de que allí tuviéramos sexo. Al momento comentó: “¿y si nos vamos a esa esquina con la mesa y fingiendo que no hay sitio me siento encima de ti?”. La idea era genial, ya me estaba imaginando cómo iba a arreglármelas para moverme dentro de ella sin que la gente notara nada. Así que nos fuimos a la mesa de la esquina donde estaba la otra mujer del grupo y los abrigos y nos sentamos. Merche encima de mí.
    
    Con cuidado se levantó la falda por detrás y yo aproveché a meter la mano para sacar mi pene del pantalón. En ese momento Ana me detiene y me dice “¡eh! Espera que yo quiero ver esa polla y darle mi bendición, aunque sea con la mano”. Entonces, apoyado en la escasa visibilidad del sitio, dejé que Ana viera mi pene empalmado. Ella se pasa la lengua por ...