Descubrí el punto A , en el culo de mi cuñada ¡Qué putaza!
Fecha: 06/03/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
Esta historia fue algo que me sorprendió gratamente, dos fanáticos del sexo anal se juntan para un mismo propósito. Mi cuñada encuentra en el sexo anal la quinta esencia del placer sexual, no está completa si no ha tenido al menos un orgasmo por el ano, en éste encuentra el súmmum de los placeres, solo cogida por el culo se puede sentir plena, bien mujer, yo he sido el que mejor la ha comprendido, también me siento realizado por haber disfrutado tantísimo en su culo. ¡Qué Putaza!
La vida nos da sorpresas todo el tiempo, alguna lo son más que otras, ésta lo fue, tanto que aún me sigue asombrando, el placer de esta novedad es algo perdurable. Para no crear mayor expectativa voy directo al asunto:
La semana pasada, para ser más preciso jueves en la noche, había llegado temprano a casa, mientras me descalzaba activé el contestador para escuchar un único mensaje que decía:
—Luis, “... para que no cocines, esta noche, te esperamos: tu mejor cuñada...”
Tengo cincuenta años, estoy viviendo solo, por separación de mi esposa, la invitación era prometedora. Solo me di una rápida ducha para sacudirme el cansancio de la jornada, una cerveza y encaminé mis pasos a casa de Eunice, hermana de mi esposa, con la que siempre tuve, antes y después de la ruptura conyugal, una buena relación de afecto, agrego que después, aún mejor. Precisamente fue ella la que siempre me tendió una mano para acomodarme a esta nueva situación, según ella, y siempre a modo de broma, para conservarme en ...
... condiciones para cuando se recomponga el conflicto con su hermana.
Llegué algo temprano para la cena, me recibió Eunice, amable y solícita, esta vez mucho más gentil, mucho más solícita que lo habitual, diría que exageradamente afectiva.
—Carlos (el esposo), avisó estar demorado por un trámite, que se regresaría mañana. - Supongo que no tendrás problema en cenar con nosotras, en cualquier momento llega tu sobrina. Aún es temprano, ¿tomamos una copa? - asentí con un gesto. Fue por ese trago.
Ambos compartimos el gusto por el vodka, preparó dos “destornillador” (cóctel)
Me acomodé los almohadones en el amplio sofá, preparándome para disfrutar el trago que venía de la mano de mi cuñada, extiende la copa y sienta en el apoyabrazos de mi lado.
Ya de inicio note ese exceso de amabilidad anunciado, pues con la excusa de acomodarme un almohadón en mi espalda, se estira y hace ostensible el frotamiento de sus pechos sobre mi hombro, como si no lo hubiera advertido convenientemente, repite la acción más notoriamente.
Imposible dejar de sentir el contacto de las tetas, que aún bajo la delgada tela de la camisa, podía sentirlos sueltos y los pezones erectos frotándose en mí. Me ponía en situación incómoda, teniendo en cuenta que venía de más de dos meses sin probar la humedad de una conchita. Como si hubiera leído mis pensamientos, o tal por haberlos leído notó como el pene estaba inquieto y creciendo sin demasiado disimulo. Con estudiada inocencia se sentó en el puff, ...