Nuestra amiga argentina y un socio de su papá
Fecha: 08/03/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: dantraloco, Fuente: CuentoRelatos
Enloquecí!!!
Para los que no entienden, porque cuento todo por acá, y más allá de que mil veces lo expliqué, lo que voy a contar ahora, que me paso hoy, díganme, ¿se lo puedo contar a alguien? Y en el fondo todos tenemos la necesidad de contar lo que hacemos y yo elegí contarlo por acá. Y que aparte las cosas, no las busco ¡se me dan solas!, y van a ver qué ¡es así!
Desde hace unos días, y porque estoy al pedo, mi viejo me llevó a laburar a su estudio porque una de las recepcionistas/cadetas renunció, y como me ve al pedo, me dijo que fuera a ocupar el lugar de ella hasta que empiece la facultad, cosa que me rompió las pelotas, pero no le pude decir que no, y estoy trabajando con él, como una recepcionista.
La cosa es que hay un cliente, un viejo (y que nadie se ofenda por esto, pero así lo veía yo), y encima, se hacía el galán desde el primer día que me vio (obvio que él no sabía quién era yo), hasta un día, me preguntó a qué hora salía ¡y lo saque cagando!
Lo peor es que yo no sabía ni como se llamaba, porque siempre se anuncian con la recepcionista que está adelante, mi laburo es más de cadeta, llevar papeles, y cosas importantes, o que no quiere que se le pierdan, porque no le conviene (pero esa es otra historia) que no se anima a mandarlas por los motoristas. Es más, durante el año, como sabe que tengo tiempo libre muchas veces a la noche viene con sobres y me pide que al día siguiente lo lleve a tal lado.
La cosa es que hoy a la mañana me pide que lleve ...
... un contrato a Puerto Madero. Llego, me anuncio, digo que vengo del estudio del Dr. … me hacen pasar, subo y cuando lo vi me quería morir, siii, era ese viejo que me vivía tirando onda, me hace pasar, y resulta que no era un estudio, por lo que me di cuenta el viejo vive y trabaja ahí, porque de entrada, me hizo pasar al escritorio, la chica que trabaja ahí, nos trajo un café, pero yo ya me quería ir, lo único que tenía era que ¡dejarle el sobre!
Me pide que me quede un rato, así lo lee, y si hay algo más se lo mandaba de vuelta (una boludez, pero no me iba a poner a discutir).
Estábamos sentados, en el sofá que tenía el escritorio, hasta que el viejo (y así lo voy a llamar), me dice, algo que fue más o menos así, porque ya me estaba poniendo nerviosa, realmente ¡quería irme!
Viejo: Caro, no sé si te mandaron o pediste vos de venir acá.
Yo: ¿por qué señor? (así lo trataba), a mi me mandaron.
Viejo: no te ofendas nena, pero soy un tipo grande, que las vivió todas y a las pendejas como vos las conozco y me calienta y me gusta que sean así.
Yo: no le entiendo señor, lo que dice
Viejo: si me entendés bien nena, sos hermosa, tenés unas piernas espectaculares y me encanta cuando son así como vos, que saben que con tipo de mi edad, con solo hacerle pasar un buen momento, pueden llegar hasta conocer lugares que nunca fueron, no lo disimules esta historia la viví muchas veces.
Yo: no señor, se confunde yo ¡solo vine a traerle el sobre!
Viejo: ¿estás segura?, ...