Desafío de galaxias (capitulo 18)
Fecha: 22/09/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos
... detectamos dos naves, una bulban, la otra desconocida.
—Detectamos fuego de armas en la nave bulban.
—¿Distancia?
—100.000 Km.
—Piloto, rumbo de intercepción a máximo factor. ¡Zafarrancho de combate!
—Tenemos imagen, —dijo uno de los tripulantes activando la pantalla principal. En ella, una pequeña nave de configuración desconocida, intentaba zafarse del implacable acoso a que era sometida por una fragata bulban, mediante imprevisibles maniobras.
—Piloto, colóquenos en su popa, —ordenó el capitán—. ¡Baterías principales preparadas!
En ese momento, un impacto en la popa de la nave desconocida la desequilibró y la dejó sin propulsión mientras giraba lentamente sobre su eje.
—Salimos de hiperpropulsión a cinco kilómetros, —ordeno el capital.
—Salimos en cuatro, tres, dos, uno, ¡estamos fuera!
—Baterías principales ¡fuego! —los cañones de tiro continuo de la patrullera vomitaban descargas de partículas de alta energía a una velocidad endiablada destrozando los sistemas de propulsión de la fragata enemiga.
—¡Abrimos brecha en su coraza de popa, capitán! —exclamó otro tripulante—. No nos esperaban esos hijos de puta.
—Misiles, batería dorsal a máximo rendimiento.
—Batería dorsal preparada.
—¡Fuego! —los cuatro misiles impactaron en la brecha abierta por la artillería y la nave bulban estalló en una explosión colosal.
—Nave enemiga destruida, capitán. No tenemos daños.
—Capitán. Se aproximan dos naves enemigas. Tiempo de llegada 16 ...
... minutos.
—Acoplen la nave desconocida y vámonos de aquí cagando hostias, —ordenó el capitán apremiando a los tripulantes—. No vamos a tentar más a la suerte.
—Nave acoplada y asegurada. Abriendo vórtice.
—Rumbo al Ares. Saltamos. ¡Ya!
—Estamos en hiperpropulsión, capitán.
—Tenemos tripulantes armados en la escotilla de acceso.
El capitán se levantó de su sillón y salio de la cabina de mando en dirección a la escotilla. Cuando llegó, empuñó su pistola y ordenó abrirla. Con muchas precauciones, y con sus rifles por delante, dos tripulantes entraron en la nave desconocida, seguidos por otros dos. En su interior, cuatro desconocidos de razas distintas, les miraron con incertidumbre y temor. Sin dejar de encañonarlos, los fueron registrando y, después de despojarlos de sus armas, a señas les hicieron salir por la escotilla.
—¿Quiénes sois? —preguntó el capitán. Los cuatro desconocidos se miraron unos a otros.
—Creo que no nos entienden, capitán, —dijo una suboficial—. Solo llevan armas cortas, cuchillos, una espada, y un rifle.
—¿Llevan el chip? —preguntó el capital a la misma suboficial. Ella, saco un escáner de mano y lo paso por la cabeza de los cuatro desconocidos que intentaron apartarse.
—Negativo capitán.
—Bien. Trátelos con cariño, pero no les quite ojo. En la base sabrán que hacer con ellos. Voy a inspeccionar la nave, parece interesante.
La patrullera entró dócil con los sistemas automáticos de aproximación en la base Ares. Una vez ...