49.2 Un nido para amarnos
Fecha: 11/03/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... labios, su aliento abrasaba mi rostro y sus manos, metidas por la cintura de mi pantalón corrían deseosas por mis nalgas. No me podía contener y gemí como un depravado vicioso.
Parecía un pulpo, como si tuviera seis manos y mis pantalones cayeron sobre mis tobillos empujados por él, sentía un placer tan dulce que de mi glande manaba el precum abundante.
Gemíamos los dos con nuestras bocas prendidas lamiendo nuestras lenguas en un placer irreal e inigualable, mordió mi cuello susurrando palabras obscenas en mi oído.
-Pídeme que te folle, lo quiero escuchar de tu boca. –volvió a morderme en el cuello haciéndome temblar, quería que me penetrara ya, sentir su polla dentro de mi cuerpo.
-Pídeme que te la meta, que me deseas y que soy tu macho, ¡dilo! -sus palabras me excitaban y no se daba cuenta de que no podía hablar.
-Sí, Gonzalo, eres mi macho. –estaba descontrolado y yo también, era un juguete entre sus poderosos brazos.
-¿Y qué hace un macho a una puta como tú? -era un pervertido y sus groserías me encantaban y me llenaban de lujuria.
-Follarla, tomarla como sea, ¡ayy! Gonzalo, me enloqueces. –cogió mi mano para llevarle a su caliente y babosa polla.
-¿Te gusta puto? Te das cuenta de lo que es un hombre. –la acaricié con mi mano, amaba su gorda y larga polla.
-Me gusta, me encanta que me la des, soy esclavo de ella. –seguía su argumentación muy excitado, me volvía loco su forma de contralar mi cuerpo y mi mente.
Se inclinó dejándome sin mi ...
... tesoro adorado y comenzó a besar mi pecho después de quitarme la camisa por la cabeza para empezar a comer mis tetas y gemía gritando de placer.
Me cogió elevándome en sus brazos y me llevó a la cama, se tiró encima de mí y seguía mordiendo mis tetillas y chupando de ellas, besaba y lamía como un animal salvaje sin darse cuenta de que a veces causaba daño.
Continuaba queriendo que me penetrara de una vez, o al menos que mi polla estuviera cobijada en un cálido lugar, besaba mis abdominales que temblaban y llegó con su cara hasta mi verga, pasó su lengua por ella varias veces y al final se la metió en su boca, proyecté mi pelvis queriendo entrar más y gemí casi llorando de gozo.
Era una locura de sensaciones las que sentía mi polla en su boca, era un chupete que succionaba como un niño pequeño el pezón de la teta de su madre, o su dedo pulgar en su sueño deseoso de seguir mamando.
Me absorbía y rodeaba mi glande apretándolo con fuerza con sus dulces labios, cada segundo me sentía más de él, como un animal al que se controla y domina pero era a base de inhumano placer.
Me besaba la verga haciendo ruidos sonoros, de chapoteo que producía su saliva y los flujos de su boca y lo que mi polla iba soltando en él, se notaba delicioso cuando mi glande era apretado en el paladar de su boca y cuando lo llevaba hasta el fondo de su golosa garganta para succionar queriendo arrancarlo de mi ser.
Comenzó a acariciar mi ano a la vez que seguía mamando mi pene, eran dos placeres ...