XIOMARA
Fecha: 11/03/2020,
Categorías:
Intercambios
Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues
XIOMARA Venía de terminar mi relación de años con la que había sido el amor de mi vida, ella tenía solo quince y yo le llevaba un par de años cuando nos unimos producto de un embarazo no deseado. Llegó Amalia, nuestra única hija y tras muchos años excelentes de pareja poco a poco la situación se fue desbarrancando. Con casi cuarenta años en mi espalda pusimos fin a una historia en la cual en la última década habíamos vivido una situación de amor y odio, con peleas y separaciones, con reencuentros e ideas de empezar de nuevo, de repente dormíamos bajo distintos techos, en distintas casas, de repente lo hacíamos en la misma cama, de día nos insultábamos con la misma pasión en que en la noche hacíamos el amor. Creo que pueden entender como son estas cosas cuando dos personas insisten en una relación que ya está agotada. En fin, una pequeña introducción para que sepan que en esos momentos mi cabeza no estaba en condiciones de empezar una nueva aventura, un nuevo romance cuando aún tenía las heridas abiertas en un libro en el que escribía el epílogo. Por lo tanto, no pensaba en las mujeres, tenía demasiados problemas en los que enfocarme, honestamente, la única mujer en mi mundo vacío era mi hija, ya mayor, que los fines de semana pasaba por casa a desayunar y charlar un rato. Aun trabajaba de empleado en una zapatería, en la zona céntrica de la ciudad, a unas cuadras del departamento que alquilaba luego del divorcio. Una mañana como cualquiera entró ella y dio en suerte que yo la ...
... atendiera. Buscaba unos zapatos de fiesta, en negro charol con finísimos tacos de unos quince centímetros, con apliques de stras a los costados, nos saludamos por educación y fui por su pedido trayendo además algunas otras opciones. La joven aparentada unos treinta años y no era una chica que llamara la atención, de estatura normal, calculé un metro sesenta, de rostro un tanto oval y ojos color miel, cabello castaño lacio, con raya al medio, apenas pasando los hombros, tenía unos toques de rubio de peluquería muy a la moda. No era un rostro feo, pero tampoco demasiado bonito, tal vez su nariz, no sé, como dije, solo una chica más entre tantas. Vestía un vestido un tanto holgado a la rodilla por lo que no dejaba notar mucho sus curvas, pero si adiviné que casi no tenía busto, y hasta percibí a vista un sostén de esos armados que muestran más de lo que hay. Como suelo hacer, por cortesía cambiamos algunas palabras, le dije mientras se miraba al espejo con los zapatos puestos con libreto de vendedor Tu novio te verá muy bonita con esos zapatos, son muy elegantes… Ja! no tengo novio… hace un tiempo que estoy solterita… no me gustan los compromisos… Ella rio e hizo un gesto como que no buscaba hombres en ese momento, cruzamos algunas otras palabras, se midió diferentes modelos y en algún punto preguntó Son todos bonitos, no sé por cual decidirme… tu cual le regalarías a tu esposa? Ja! no me hables… no tengo esposa, ya no… pero si quieres saber mi opinión, lleva cualquiera, porque ...