1. Alicia 20/25


    Fecha: 13/03/2020, Categorías: Hetero Autor: evloguer, Fuente: SexoSinTabues

    ... que yo no debía quedarme paralizado ante esas camillas, que en su vida laboral había tratado con muchísimos cuerpos y que estos no mordían a nadie. Los pasitos de mi nena ya bajaban la escalera y decía que al fin había logrado que se durmiesen los hermanitos, que eran demasiado traviesos y juguetones. Mientras hablaba con una velada sonrisa, entendí que los jueguitos habían sido divertidos, se venía arreglando el vestidito que mostraba las arrugas dejadas por las travesuras. Yo quería tomarla de la mano y abandonar esa casa con urgencia, le dije que salude a su esposa cuando volviese a casa y ya me estaba levantando de la silla cuando su rostro apenado me devolvió al asiento. Revolviendo su pocillo de café le dijo a Alicia que vaya a conocer el patio del fondo y el resto de la casa, cuando advirtió mayor intimidad se puso a contarme que la esposa estaba siempre en la casa, que no salía nunca de su cama por padecer una enfermedad neurológica. Titubeaba en seguir hablando pero mi cara compasiva lo animó a seguir: decía que como todo hombre tenía sus necesidades y su esposa trataba de aplacarlo chupándosela, que aveces lograba un orgasmo pero mayormente se quedaba con las ganas. Que luego de esas fallidas pasiones bajaba a la sala mortuoria y buscaba ...
    ... algún cuerpo de mujer fresquito, que lo hubiesen traído recientemente para que aún conserve su tibieza y blandura. Como despedida me tendió su tarjeta que decía en letras claras: "funeraria Wittkop". Lo miré con expresión de asco pero me tuve que apretar el paquete debajo de la mesa, aún tenía fresco el recuerdo de mi gallina pelada picoteando en ese cuarto con olor a formol. Regresaba mi hijita de su recorrido y esta vez sí le tomé la mano para irnos, el hombre decía que vuelva a visitarlo alguna vez y compruebe personalmente nuestra conversación anterior. No pude conducir mucho, en el primer sendero que hallé tuve que apagar el motor y abrazar a mi chiquita, debía borrarme de la mente los horrendos recuerdos de la experiencia reciente, debía sentir bajo mis dedos una carnecita que vibrase en respuesta a mis caricias. Mi reinita pensaba que me estaba por cobrar la deuda contraída cuando me arrodillé detrás de ella para darle disimulado placer, pero mis labios solamente querían beber de esa boquita. Únicamente mi dedo borró algunos recuerdos recientes al entrar suavemente en su culito, un anito que sí respondía con hermosas contracciones de esfínter apretando al invasor, un culito que me dediqué a adorar largo rato, era el de mi reina: ALICIA (continuará) 
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