1. Me gusta follarme mujeres feas


    Fecha: 14/03/2020, Categorías: Anal Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos

    ... azorada, me parece que se hubiera hecho algo en el pelo, pero no creo que le hubiera dado tiempo. Me levanto y me planta dos besos en las mejillas.
    
    —Perdona, la entrevista se ha alargado más de la cuenta.
    
    —No pasa nada.
    
    Pedimos dos cervezas y unas patatas bravas. Veo cómo se acomoda la ropa. Está muy nerviosa. Se sube las mallas marcando aún más sus muslos y eso me vuelve loco.
    
    Con la cerveza y la conversación, parece que sus nervios se van calmando.
    
    —¿Y qué tal ha ido la entrevista? Le pregunto.
    
    —Bien, bien. Necesito encontrar trabajo. Me separé de mi marido hace 5 años, afortunadamente no teníamos hijos, pero él se quedó con el piso, en realidad era suyo y yo he tenido que volver a casa de mi madre.
    
    No me extraña, pensé, con lo fea que eres....
    
    Seguimos hablando de todo y yo de vez en cuando me estiró en la silla, marcando pectorales con mi camiseta ceñida. Noto que no puede apartar la vista de mi y que juguetea con su lengua.
    
    Con la segunda cerveza ya ha perdido toda la timidez. Me toco distraídamente el pezón izquierdo y ya la tengo en el bote.
    
    —Bueno pues, dice llevándose un calamar a la boca, creo que debería irme. Ya se ha hecho tarde.
    
    De repente, da marcha atrás y me pregunta:
    
    —¿Tú tienes tiempo...?
    
    Su boca se abre mostrándome su lengua. Lo hace inconscientemente, pero el deseo la puede.
    
    —Hay un hostal justo enfrente, podemos ir si quieres. Le digo.
    
    —Claro.
    
    Pago la cuenta, y salimos rápido de la cafetería. En el hostal ...
    ... pido una habitación para un par de horas.
    
    Hay una mujer bastante estúpida en la recepción.
    
    —Serán 20€. Pueden estar todo el día si quieren, nos dice con su voz de pito.
    
    Me da la llave de la 123. Subimos las escaleras y abro la puerta. Es una habitación pequeña, algo andrajosa, pero para lo que la quiero me viene bien.
    
    En cuanto cierro la puerta, Virginia se echa sobre mi y empieza a besarme. Lo odio. No me apetece ver su cara, solo quiero follármela y ya está. No quiero ninguna demostración de cariño. Pero le sigo la corriente y pese al asco que me da, le meto la lengua hasta la campanilla.
    
    Después de la demostración de cariño, le bajo las mallas y las bragas y la vuelvo de espaldas. Mojo un dedo con mi saliva y se lo meto en su coño. Ella se muere de gusto. No lo lleva depilado, pero me da igual, tampoco se lo voy a comer.
    
    Me desnudo de cintura para abajo cuando Virginia está a punto y sacó un condón y me lo pongo y se la meto sin más.
    
    —¡Ah! gime.
    
    —¿Cuánto hace que no follas?
    
    —Cuatro, cuatro años, me dice con un hilo de voz.
    
    Se nota que hace mucho que no folla, porque me ha costado un poco penetrarla. Aunque estaba húmeda y con la lubricación del condón, ha entrado con dificultad.
    
    Enseguida nuestros movimientos se acoplan. Ahora mi polla se desliza de maravilla dentro de ella. Mi pelvis choca contra su culo y el sonido me pone más cachondo aun si cabe.
    
    La inclino un poco hacia adelante, pero no demasiado, no quiero ver el reflejo de su cara ...