1. Solo en casa


    Fecha: 17/03/2020, Categorías: Incesto Autor: cesarvonline, Fuente: CuentoRelatos

    ... lo vio, apartó las bragas hacia un lado y con su mano izquierda y mirándome profundamente a los ojos me agarró la polla y los huevos. Una vez fuera, se tiró un paso atrás para observar la prueba del delito. Me dijo riéndose;
    
    —Así que mi hermanito pequeño aún juega a los soldaditos. Pues tengo una misión para el sargento que no sé si será capaz de llevar a buen puerto.
    
    —¿Por qué dices eso?
    
    —Porque me parece que este sargento no ha salido nunca de maniobras.
    
    Yo me sonrojé, mi hermana sabía que yo era virgen y me estaba humillando, y era lógico, pues había invadido su intimidad.
    
    Ella notó mi enojo y dijo:
    
    —No obstante, le daremos una oportunidad. Su misión es la siguiente; tiene que hacer una incursión en tierras que le son desconocidas, se trata de tierras extrañas que el pie humano nunca ha pisado. ¿Será capaz?
    
    Asentí con la cabeza, ella me tendió la mano y me llevó a su cama, me dijo que me estirase en ella. Abrió un cajón i sacó cuatro pañuelos con los que me ató las extremidades al cabezal y piecera de la cama. En ese momento yo era el buque insignia de la familia, y así lo indicaba mi mástil.
    
    Una vez atado, vertió sobre sus manos el contenido de un bote, era una crema viscosa que luego frotó sobre mi miembro. Le pregunté que para que era, y me contestó;
    
    —Tienes un buen pollón, y no querrás hacerme daño.
    
    Esos halagos fueron música para mis oídos y me dieron confianza. Notaba, como me masajeaba y cerré los ojos. En mis pajas de experiencia, ...
    ... jamás me había tocado como ella lo estaba haciendo. Estaba en el paraíso y oí una vez que me dijo;
    
    —Noto que aún no ha empezado la misión y el soldado está derrochando energía.
    
    Me sonrojé otra vez, se notaba que tenía más experiencia que yo. Se dio la vuelta, y se quitó el tanga de espaldas a mí para mostrarme el culo que yo sabía que iba a poseer y ella aún no me había dicho. Luego se acercó y me dijo:
    
    —La ruta habitual, es poco segura, no hay vegetación donde esconderse.
    
    Y me mostró su linda vagina recién afeitada.
    
    —Por eso habrá que buscar una vía alternativa.
    
    Se dio la vuelta y me mostró su trasero. Introdujo un dedo untado de dicha pócima, luego dos y tres.
    
    —Ya estoy relajada. Llega el momento de la batalla.
    
    Se puso a horcajadas mirándome a los ojos y se dejó empalar. Era como un rompehielos cuando se abre camino. Noté como entraba dentro, muy dentro de ella. Empezó a galopar sobre mí.
    
    Estaba súper excitado, veía su cara de placer, como se tocaba su coñito depilado. Y me dijo:
    
    —Un deseo.
    
    —Mordisquearte un pezón.
    
    Dije con voz temblorosa. Se bajó el sostén y me enseño un pecho, lo acercó a la altura de mi boca y me dejó morderlo. No aguantaría mucho más, estaba al límite. Ella lo notó, y salió de encima mío. Me agarró los huevos y la polla y los volvió a introducir en las bragas que aún llevaba puestas.
    
    —Tendrías que haber pedido correrte dentro.
    
    Y me fui. Dejé las bragas empapadas. Me desató y me dijo que ya era suficiente reprimenda, ...