El cacho número 13 de mi esposo. (1er encuentro) - Relatos Eróticos

El cacho número 13 de mi esposo. (1er encuentro)

... cabecita, lamerlo por los lados, no era un guevo grande, era normal como de 14cm, pero así sentado se sentía más pequeño. Rafael reclino el asiento y quedo como acostado y allí si pude sentir el guevo, no me llegaba atragantar como me gusta, pero si sentía mi boca llena, duré unos minutos chupándoselo en eso me dijo:

Rafael: súbete, anda, dejame penetrarte.

MF: ¿eso quieres?

Rafael: si eso quiero, dejame atender lo que tu esposo tiene descuidado.

Al nombrar a mi esposo me dio un morbo extra, uuuufff que mientras nos decíamos eso ya me había quitado el pantalón y el hilo que cargaba, me subo sobre él, dándole la espalda al volante, agarré su guevo y me lo dirigí a mi cuca y me entró todo su guevo de una vez. Mientras me iba clavando. mi mirada estaba puesta hacia mi casa que podía ver a dos cuadras y mi sorpresa fue ver el carro de mi esposo frente a la casa. Sentí tan rico esa penetrada que comencé a moverme duro, sacando y metiendo ese guevo y dejándome caer toda clavada sobre él y moviéndome y restregando mi cuca sobre él, uuufff gimiendo y respirando fuerte es solo lo que podía hacer, luego Rafael me dijo:

Rafael: ponte en 4 puta.

Me pase nuevamente al asiento del copiloto, lo recline completo hacia atrás, puse las dos rodillas en la orilla del asiento y me incline hacia adelante y quede en 4, mis dos brazos quedaron abrazando el asiento en la parte donde está el reposa cabeza. Rafael se puso detrás de mí y me lo metió de una estocada duro y completo en ...

... mi cuca, comenzó a darme duro, se sentía el golpe con mis nalgas al dar el empujón para meterlo, me hacía pujar, gritar y gemir de placer, a él le gustaba, me decía:

Rafael: grita puta gritaaa.

MF: aahhh si papi siii.

Rafael: me gusta cuando a las putas infieles las pongo a chillar.

MF: aaayy siii… Pues dame más duro para chillar más.

Él estaba con uno de sus brazos, me tenía rodeada la cintura y con la otra mano la tenía apoyada en la parte de arriba del asiento y así me daba esos golpes duro, que divino, de verdad era rudo y eso me fascinaba. Así me dio un ratico, en eso me levanto del asiento, él se sentó y yo quede de espalda a él, puse cada pie en la orilla del asiento a cada lado de él y quede toda sobre él. Comencé a moverme para arriba y para abajo, de izquierda a derecho, luego me meneaba y giraba mi cintura, cosa que lo volvió loco porque me decía:

Rafael: que rico coges vale.

En eso estaba dándole y comencé a gemir más porque ya iba acabar, y mientras acababa, Rafael me tomo por la cintura y comenzó a subirme y bajarme duro y rápido y siento su guevo palpitar, él también acabó, no uso condón ni nada, y sentía toda mi cuca llena de leche, me recosté sobre el agotada y complacida, el carro tenia los vidrios empañados del aire acondicionado, pero aun así sudamos mucho.

Me devolvió a la realidad fue porque como era de noche, se vio que venían unas luces de un carro y medio me levanto a ver y veo que era el carro de mi esposo que nos pasaba por el ...