1. o) ¿Decepción?


    Fecha: 24/09/2017, Categorías: Voyerismo Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... el suyo comprimiéndome contra la pared.
    
    El beso se hacía eterno, exigiéndome con la lengua que le entregara la mía. Ahogué un hondo gemido en sus labios al sentirle los dientes lacerando los míos e hiriéndolos. Dejó de besarme y volvió a pasar la mano por mi cara.
    
    -Ya he cenado, ahora necesito otra cosa de ti, ve arriba y espérame. -era una orden a cumplir, y sin otras palabras entre en la cocina para subir a la habitación.
    
    Me desnudé y me tendí sobre la cama esperando, pensando mil cosas que podrían suceder. “Necesitaba otra cosa de mi”, esas habían sido sus palabras, y que le esperara. El culo no me dolía como ayer y esperaba que la herida no se me abriera.
    
    Escuchaba el ruido del chorro de la orina al caer en el inodoro, y el grifo dejando correr el agua. Entró en la habitación y me miraba detenidamente el cuerpo desnudo mientras se iba quitando la ropa, la agudeza de su inspección hizo que me ruborizara.
    
    Permaneció más de dos minutos y no pude sostenerle la mirada, la baje hasta su pelvis, el pene lo tenía alzado, sujetándolo con la mano izquierda imprimiéndole un suave masaje de masturbación.
    
    Se colocó sobre mi y abrí las piernas para que se situara, su verga se metió entre mis muslos y se inclinó para llegar a mi boca y empezar a besarme pasando los labios por los míos frotándolos. Yo permanecía pasivo, sintiendo más el calor de su polla en lugar tan delicado y no en el beso que recibía. Dejó resbalar la boca hasta mi oreja.
    
    -Colabora, ¿o ya no te ...
    ... gusto? -su voz estaba cargada de ironía.
    
    -Sí, sí Óliver, me gustas. -comencé a acariciarle la cabeza enredando los dedos en su largo pelo. Me gustaba, sí, mi hermano me gustaba a pesar de todo, aunque ahora sintiera miedo de él en algún momento me encantaba, me volvía loco, era el chico más varonil, sensual y atractivo que había visto nunca.
    
    Respondía a sus besos apasionadamente, olvidando el peligro que se cernía vivo y duro entre mis piernas, las elevé para abrazarme con ellas en su cintura.
    
    -Me gustas así Alonso, sabiendo quien manda en ti y que me obedezcas, dime que me quieres, que eres mío, que soy tu macho y tu hombre. -hablaba con fiereza mordiéndome las orejas y el cuello.
    
    -Sí, sí mi amor, soy todo tuyo, te amo Óliver.
    
    Su polla me buscaba, sin guiarla, sabiendo su camino, ella sola tocaba con la punta en la entrada de mi culo…, y tenía miedo, cerraba el ano por instinto para defenderme mientras su verga apretaba.
    
    -Ábrete, relaja el culo, no es tu primera vez. -distendí lo que pude el ano y su glande penetró abriéndose camino. No me atrevía a pedírselo a viva voz y dentro de mí suplicaba: que lo haga lento, por favor, que sea suave.
    
    Todavía, en algún lugar, alguien atendía mis ruegos, se contuvo y su falo echando fuego me invadía lentamente hasta sentir sus testículos aplastados en el culo.
    
    Hice presión con el ano y lo aflojé varias veces, temblaba de excitación sintiendo en mi interior su verga dura y palpitante.
    
    -¡Ahh! Óliver te siento amor, ...
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