o) ¿Decepción?
Fecha: 24/09/2017,
Categorías:
Voyerismo
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... mi hombre querido, ¡qué bien estoy! -apreté las piernas alrededor de su cuerpo, empujando con los talones en sus nalgas para que entrara más en mi. Se elevó sobre los codos para separarse y mirarme.
-Alonso, estás bellísimo. - y bajó con la boca hambrienta para comerme la mía comenzando a moverse, haciendo que delirase de placer notando su poderosa polla de macho semental joven e impetuoso.
-Hermanito, es delicioso, dame más, dame, dame, ¡ohh, sí. -alargué una mano pasando por debajo de mi cadera y sujeté sus testículos entre mis dedos, los tenía gordos y duros, llenos de semen para mí.
No podía aguantar más y me contraje ante el salvaje orgasmo que llegaba de mi culo, cosquilleando toda mi espalda hasta explotar en los testículos haciendo que expulsara la leche contenida en ellos.
-Me corro mi amor, ya no aguanto más. -me movía frenético apretando el ano y Óliver empezó a vaciarse los huevos en mi culo. Seguía sosteniéndole los testículos en la mano y notaba como subían apretándose a la base del pene, dejando la valiosa carga en mi vientre.
Lo abrazaba con los brazos y las piernas, pegándolo a mí sonriendo satisfecho. Este era mi hombre, mi macho maravilloso, el que me encantaba y al que amaba.
Destrabé las piernas y las dejé caer paralelas a las suyas, abierto y con su polla dentro de mi ano. Salió de mí y me quedé mirándolo extasiado, busqué mi slip para colocármelo y no manchar las sábanas con el esperma que comenzaba a salirme del culo. Óliver se ...
... limpio la verga con el suyo y se tumbó a mi lado.
-Sobre la chica con la que me viste…, no tienes que preocuparte, es una más y no es importante para mí. -su confesión me dejó anonadado, pero apagó la luz y se puso boca abajo para dormir.
Otra noche más que no podía conciliar el sueño. Ya no se trataba de lo que J.C. dijera, más o menos creíble dependiendo de mi disposición a admitirlo como cierto, había sido Óliver el que reconocía que esta chica era una más, y me lo decía con la mayor desfachatez de la tierra, como si fuera lo obvio y normal en él…, y como si lo fuera a seguir siendo.
El vuelo en el que Davy regresaba, partiría del aeropuerto de Norwich cerca de Norfolk y llegaría hacia las cinco. Juan había enviado un coche a recogerlo y lo esperaba impaciente, precisamente me sorprendía al sentirme emocionado y razoné que sería por tener cerca a quien dirigiera y resolviera los problemas que ahora llegarían.
Me levantaba de la mesa para ir al ventanal cada cinco minutos, como si fuera a entrar por allí por arte de magia, no había escuchado el motor del coche y si los pasos avanzando por el pasillo y la voz de Juan hablando.
Aquí estaba sano y salvo, no habían pasado dos semanas y le veía diferente.
-Buenas tardes ojos de cielo. -a la vez que sentía arderme las mejillas miraba la cara de Juan imperturbable. Me sentía ciertamente ridículo cuando me llamaba de esa forma delante de su mayordomo, y cuando estábamos solos me encantaba.
-¡Hola Davy! ¿Qué tal el ...