-
Ebanista y pintor (de brocha gorda)
Fecha: 23/03/2020, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... pequeño triángulo de pelos afeitados indicaba la dirección a seguir: el pubis de Gisela estaba perfectamente afeitado y no había pérdida en el camino a su sexo. Sonido de lápices sobre el papel. El coño de Gisela ya empezaba a emanar fluidos: sobre la superficie de ébano aparecía un pequeño charco brillante fruto de la excitación de la joven. Un dedo haciendo circunferencias sobre la entrada de su vagina era un invitación bien clara a hacerla suya: el dedo corría libremente gracias a la piel rasurada y mojada. Gadou traga saliva. Intenta fijar la vista en una de las columnas de la sala, pero ya es tarde, su vista acude una y otra vez a hacer una visita a la mujer que yace sobre el armario. La piel del nigeriano comenzaba a brillar del sudor, era muy difícil guardar la compostura, pero lo peor fue aquel taparrabos minimalista: su miembro empezó a hincharse y la prisión que lo contenía tenía sus minutos contados. Un lápiz que cae al suelo irrumpe la tensión ambiental. Gisela ya se masturbaba sin ningún pudor, en completo silencio y en la anonimidad que le confería la penumbra de la sala. Su dedo se deslizaba hacia arriba y hacia abajo sobre su clítoris. El movimiento era constante. Pasó su mano izquierda por el pequeño charco de fluidos y acto seguido se pellizcó el pezón mientras se masturbaba. Lo inevitable. La polla de Gadou salió como un resorte por el costado del taparrabos mostrando un miembro enorme. Aquello era la culminación de las esculturas ...
... fálicas de su marido: venoso, grueso como un calabacín y de más de un palmo de largo. - ¡Oh! - Exclamó una mojigata que dibujaba. Gerardo irrumpió en la escena rápidamente. - Vamos a parar aquí antes de que ocurra un accidente. - Comentó Gerardo jocoso. - Gadou, ya puedes bajar a cambiarte. El resto moveremos el material al bosque del jardín, hace un día de fábula y allí refrescaremos el… ambiente. Gisela se incorporó y saltó al suelo con sus flujos resbalando sobre su pierna y la cara desencajada. La toalla que intentaba cubrir el pollón del nigeriano se antojaba pequeña y parecía un trapo enarbolado sobre un mástil. Gerardo empujaba a Gadou hacia el vestuario mientras la gente desmontaba los caballetes y comentaba en voz baja lo que habían visto. Con la sala vacía, Gisela permanecía atónita mirando al altar. Gerardo, que acababa de acompañar el modelo al vestuario volvió a la sala y se la quedó mirando desde la distancia. Ella no aguantó más y se fue a la cocina de la mansión a beber un poco de agua. Eso no calmó su sed. Gerardo se acercó a su armario y vió el pequeño charco de fluidos. Pasó la mano para mojarse los dedos sobre el charco y los introdujo en su boca para saborear su origen. Estaba claro: eran de su amada Gisela. Gerardo pensó… * Esta hija de puta de Gisela, no me fío un pelo de ella. Debe de estar cachonda como una perra para hacer este charco. Si supiera que el uso que le he dado al falo de Gadou… estoy acabado….* Se oyen pasos al ...