Primera cita - campamento - Parte 3
Fecha: 23/03/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: johna.2012, Fuente: CuentoRelatos
... encontraba tan jugoso y ardiente como lo recordaba.
Sin mucho preámbulo me lo metí en la boca y empecé a chuparlo con muchas ganas, subiendo y bajando, lamiendo cada centímetro de su tronco. Luego bajé hasta sus huevos y empecé a darles besos y a lamerlos suavemente, lo que no había tenido oportunidad de hacer aquella noche.
Cristian suspiraba con cada lamida que le daba, cada vez que me metía su pene en la boca, podía ver en sus ojos todo el placer que sentía.
Luego de un largo rato disfrutando de aquel rico pedazo de carne, Cristian me agarró con sus brazos y me tumbó en la cama, boca abajo, subiéndose sobre mí y presionando mis brazos con los suyos contra la cama.
Con sumo cuidado empezó a besarme la nuca y el cuello, recorriendo con su lengua suavemente mi piel, haciéndome suspirar y gemir calladamente. Luego empezó a bajar por mi espalda, con su lengua recorriendo toda mi espina, dando pequeñas mordidas de vez en cuando que me hacía aullar de placer.
Entonces sentí sus labios empezando a recorrer mis nalgas y mi piel se puso de gallina de inmediato. Sus caricias me hacían suspirar. Su lengua parecía generar electricidad cada vez que tocaba mi piel.
Luego con sus manos sujetó mis nalgas y las empezó a abrir suavemente, dejando al descubierto mi hoyito.
Cristian introdujo su lengua entre mis nalgas y empezó a lamer cada rincón de mi ano, provocándome espasmos de placer que me tenía extasiado.
Era una delicia.
Luego de un momento, mi ano ...
... nuevamente se encontraba mojado y listo para ser penetrado, pero esta vez no tenía ninguna duda al respecto. Quería sentir un pene adentro pero más que todo quería que sea el pene de Cristian. Quería que fuera él quien me penetrara por primera vez.
―Si te duele me avisas ―dijo mi amigo en un susurro y luego se recostó sobre mí, poniendo su pene en la entrada de mi ano.
El calor y la dureza de su miembro me hicieron estremecer el cuerpo entero. La emoción parecía desbordarse por mis poros.
Entonces poco a poco Cristian empezó a empujar su pene y mi ano empezó a ceder.
―Ouh… me duele ―exclamé al sentir un dolor punzante en mi culito y Cristian se detuvo de inmediato.
―Lo siento ―se disculpó.
―Sigue, creo que puedo aguantar ―le dije, deseoso de seguir sintiéndola.
― ¿Estás seguro? ―preguntó él preocupado y al ver la sonrisa en mi rostro, continuó con su trabajo.
Poco a poco aquel enorme pene empezó a abrirse paso dentro de mí, generando muchas sensaciones nuevas, y a pesar de que el dolor aún no cedía, también podía sentir un placer extraño que me hacía querer más y más.
Cuando por fin todo el pene de Cristian entró en mí, se dejó caer sobre mi espalda y me dio varios besos en la nuca mientras me susurraba lo mucho que le gustaba.
Por algunos segundos ambos disfrutamos sin movernos de aquella conexión de nuestros cuerpos. Su pene duro y caliente se encontraba completamente dentro de mí, podía sentirlo palpitar, llenándome de una cálida sensación que me ...